Estoy bastante de acuerdo con lo que dices. El pánico generalizado en los mercados con caídas del 15% es una reacción muy típica, pero también es bastante irracional. En realidad, lo más probable es que las acciones de hoy vuelvan a valer lo mismo que hace unos meses, o incluso más, a medida que la economía se recupere. Las fluctuaciones a corto plazo son normales y forman parte del juego. El ejemplo del piso de segunda mano es brutalmente cierto. En el sector inmobiliario, por mucho que inviertas, ya desde el momento de la compra pierdes un 15% solo en gastos (impuestos, notario, comisiones, etc.), y eso, aunque lo vendas dentro de 10 años, jamás lo recuperarás. Sin embargo, el mercado de acciones, aunque pueda bajar en el corto plazo, tiene una capacidad mucho mayor de recuperación, sobre todo en fondos globales como los indexados al MSCI World, que están diversificados y son una de las opciones menos arriesgadas a largo plazo. Invertir en renta variable tiene sus riesgos, claro, pero también tiene muchísimas más ventajas que la inversión en bienes inmuebles, que suele ser menos líquida y más complicada a la hora de desinvertir. Si no te quieres complicar la vida y no tienes el tiempo o el interés de estar encima de la inversión, los fondos indexados son una solución excelente. Simplemente inviertes, olvidas el tema durante 15 o 20 años y, como bien dices, puedes esperar a que crezca de manera estable y sin los problemas asociados a otras formas de inversión. Así que, más que centrarse en el corto plazo y entrar en pánico, lo importante es ver la renta variable como una opción a largo plazo, más accesible, más flexible y, muchas veces, más rentable que la compra de un inmueble.