Pues ya somos dos. Mientras tanto, a ponerle una vela a Vanguard
Por cierto, fijáos lo que publica hoy Expansión...
S2
El BCE no moverá ficha
31.03.2014 - 20:57h | Richard Barley
El Banco Central Europeo no moverá ficha, por lo menos con estos datos. La inflación de la eurozona cayó en marzo al 0,5% según datos provisionales de Eurostat conocidos el lunes, el nivel más bajo desde noviembre de 2009.
La llamada inflación básica, que excluye los precios volátiles de la energía, los alimentos, el alcohol y el tabaco, se sitúa en el 0,8%, muy cerca de los niveles de los últimos meses. El dato está muy por debajo del objetivo del BCE, «inferior pero cercano al 2%», y no muy lejos de las previsiones de consenso de los economistas, que se sitúan en el 0,6%. No obstante, el BCE tiene buenos motivos para mantener su política y seguramente así decida seguir en la próxima reunión del jueves.
En primer lugar, el dato de marzo podría resultar inferior al provisional, al menos a corto plazo. Pero los efectos de la temporada vinculados a la Semana Santa, que el año pasado cayó en marzo y este año en abril, implican que la inflación experimentará un repunte en abril, con el aumento del precio de los billetes de avión y de la hostelería.
Por otra parte, la caída de los precios del sector energético, que en términos interanuales cayeron un 2,1% en marzo, podría relajarse en los próximos meses. Estos dos hechos deberían traducirse en una inflación más elevada.
En segundo lugar, el BCE ha mantenido una línea coherente en los últimos meses. Ha comenzado a centrarse más el repunte del crecimiento de la eurozona y también se ha percatado de que gran parte de la presión que mantiene a la baja la inflación se debe fundamentalmente a los precios de la energía y los alimentos, sobre los que no tiene mucho margen de maniobra, y a la fortaleza del euro, que tiene una importante influencia en el precio de las importaciones.
Los datos económicos han seguido sugiriendo una suave aceleración del ritmo de crecimiento. El Indicador de Sentimiento Económico de la Comisión Europea para marzo marcó 102,3, su nivel más alto desde 2011 y por encima de la media a largo plazo. Con el tiempo, la fortaleza de la moneda única debería disminuir, especialmente a medida que el debate en EEUU cambie hacia las subidas de los tipos de interés, que se producirán mucho antes que en la eurozona.
El tipo de cambio del euro ponderado por el comercio se ha relajado en los últimos días, y en la actualidad sube sólo un 0,3% en el año. Numerosas declaraciones del BCE en los últimos días han llevado a que algunos sugieran que el Banco Central podría actuar pronto. En realidad, lo único que han hecho los políticos es volver a exponer las opciones posibles.
Las medidas más importantes que podrían tomarse, como imponer una tasa negativa para la facilidad de depósito del Banco Central, o aplicar algún tipo de política de expansión cuantitativa, siguen conllevando riesgos.
El QE, en concreto, es probable que sea un recurso final. Y en última instancia, para que el BCE entre en acción haría falta una clara desviación de su escenario base, que prevé una recuperación muy lenta de la inflación hacia el 2%, tal vez en 2016. Parece poco probable que la lectura potencialmente distorsionada del mes de marzo ponga esto a prueba.
El BCE seguirá adoptando un tono adecuadamente prudente en sus intervenciones. Pero el mercado no debería contar con que esas palabras se traduzcan en acciones.