Se muere Thatcher y en el norte de Reino Unido empiezan a celebrar su muerte. ¿Quién puede celebrar la muerte de alguien? En realidad lo que están celebrando es la muerte de un personaje de caricatura, no una persona. Se trata de la caricatura presentada por el circo de los medios de comunicación en una cultura que no distingue entre la realidad y la ficción.
¿En España celebrarán algún día la muerte de Strauss-Kahn, el rey de España, Urdangarin, Rajoy o Zapatero?
¿Personaje o persona?
La muerte de los políticos y la muerte de los superhéroes y villanos suele celebrarse, volverse un espectáculo donde la realidad y la ficción se mezclan en una sociedad mediatizada. Al final, superhéroes, villanos, políticos, la realeza, estrellas del espectáculo, todos son meros personajes en un espectáculo, al menos así es en la cultura anglosajona. Aunque indigne a los políticos en Reino Unido que haya gente que celebre la muerte de Thatcher como se celebró la muerte de Saddam Hussein, en realidad no hay motivo para ofensa, porque ambos eran meros personajes de un espectáculo mediático.
La cultura anglosajona ha sido tan efectiva a al hora de demonizar y estereotipar adversarios, a la hora de hacer marketing para confundir la realidad y la ficción, y hacer que la gente se crea que el personaje que se presenta en los medios es como lo pintan, ha hecho que se mire a Thatcher como un personaje de caricatura más en el interminable espectáculo de la geopolítica.
Cuando alguien se muere, por consideración hacia la persona y su familia, lo que haces es mostrar respeto. Pero los medios se acostumbraron por varias décadas a demonizar, y los guionistas acostumbraron a la gente a alegrarse cuando muere el villano, que puede ser la bruja de Oz, el emperador del imperio galáctico, Saddam Hussein o Gadafi o Margaret Thatcher. La mente no hace diferencia porque todo viene de los medios de comunicación.
Cuando miras a Mark Hamill en The Muppets, no piensas en Mark Hamill el hombre de familia que trabaja como actor, sino que piensas en Luke Skywalker. Si piensas en Christopher Reeve, no piensas en el actor de actitud sencilla que nunca tuvo la arrogancia del famoso, sino que piensas en Supermán. Si piensas en Carrie Fisher, piensas en la princesa Leia, no en una paciente bipolar que tuvo una vida difícil. Al final la gente no mira al ser humano, sino al personaje. Decía Fisher que Leia era un personaje que se veía como ella, y que seguro al mirarse al espejo tendría que pagarle regalías a Lucas, pero Leia es muy seria y ella en cambio es un poco chistosa, y si le hubiesen dado libertad de modificar sus diálogos, seguro los habría hecho chistosos, algo que no iba con el personaje serio y autoritario de Leia.
La persona y el personaje son distintos, y por eso es que algunas veces los actores tienen problemas para cambiar de papel, porque la gente ya les encasilló.
Telenovela quijotesca
De la misma forma, la princesa Diana fue un personaje de telenovela. Ella nunca supo manejar a una prensa invasiva, que la ponía de Cenicienta, y a la reina como la bruja del cuento. Ninguna de las dos era ni Cenicienta, ni la bruja, eso fue una invención de los medios. El problema es que por tanto tiempo la gente se ha acostumbrado a ver ese retrato caricaturesco de los personajes, a la deformación mediática de los seres humanos que enaltece al bueno bueno o envilece al malo malo, que a la hora de mirar a Thatcher, la miran a la luz de las mismas emociones que se experimentan en el cine. El desempleo es una película real, una que le hace la vida de cuadritos a la gente, y siendo Thatcher la que empujó un desempleo nunca visto desde tiempos de la Gran Depresión. La gente acostumbrada a ver al bueno bueno o al malo malo, evidentemente no va a ver a Thatcher como una persona buena, cuando lo que ha experimentado es lo mismo que experimenta el personaje cuando el villano hace daño al protagonista.
El asunto termina siendo como Don Quijote, que de tanto leer novelas de caballería termina pensando que la vida está llena de gigantes y damiselas en peligro. La gente en el mundo anglosajón mira igual a Sauron o a Margaret Thatcher, porque los medios les han "quijotizado". Las emociones son las mismas, aunque unas salen de una pantalla de cine y las otras de la pantalla de la vida cotidiana. Apuesto a que si esas personas una vez le hubiesen estrechado la mano a Thatcher, probablemente lo pensarían un poco.
La prensa canalla
Resulta interesante ver que Louise Mensch se indignara con la celebración, y dijera "Pygmies of the left so predictably embarrassing yourselves, know this: not a one of your leaders will ever be globally mourned like her" (pigmeos izquierdistas se han avergonzado ustedes mismos; sepan esto: ninguno de sus líderes será lorado mundialmente como ella). Es comprensible que Louise Mensch se indigara como se indignó Cristina Fernández con la foto falsa de Hugo Chávez en El País, donde llamó "prensa canalla" a los medios, porque Fernández conocía a Chávez en persona, y Mensch probablemente conocía personalmente a Thatcher. A mi me ha tocado conocer personas que otros normalmente sólo verían en la TV. Cuando les conoces en persona, se vuelven seres humanos, los empiezas a ver como seres humanos, y no como "pigmeos" de una caricatura en la TV. El error de Louise Mensch es que se ha convertido en un personaje más en la caricatura, cómplice de los caballeros Sith de Thatcher a los ojos de los que celebran. No ha visto a los pigmeos como seres humanos, a los que el desempleo nunca vio como seres humanos tampoco.
La "prensa canalla" de Cristina es puro espectáculo, una ficción basada en la realidad, pero igual que Hollywood, distinta a la realidad. Tiene mucho de teatro.
El teatro es una forma de representación y comunicación de historias. Exceptuando los casos en los que una obra pretende una mera sublimación estética, transmitiendo sensaciones aisladas, abstractas y descoordinadas, el arte escénico debe representar un signo anterior, un signo del orden de lo real, que pueda ser identificado y re-apropiado por el público sin mayores complicaciones, remitiéndose a la experiencia o al sentido común. Una vez más, se vuelve necesario desmontar esas grandes maquinarias de representación que constituyen los multimedios concentrados, desarticular sus elementos, reconstruir su lógica, intentar delinear sus fundamentos, describir sus herramientas, exponer sus manipulaciones. El espectáculo pretende devorar el debate: la imagen petrifica la discusión, se subsume al terreno del discurso mágico que no habilita contra-argumentación. - Qué hay tras bambalinas. Las declaraciones del senador Aníbal Fernández y la prensa canalla
El problema básico de Thatcher es que a ella nunca le pareció interesar caerle bien a la gente, y al afectar a los ciudadanos de esa manera, el rechazo que causa en esa gente afectada es absolutamente comprensible. Y como en la política la gente que aparece en la TV no se mira como seres humanos, sino como personajes de caricatura, lo lógico para los afectados es celebrar la muerte de Thatcher, no como ser humano, sino como personaje. Cuando ocurrió la guerra de las Malvinas, uno de los medios de comunicación puso un portaaviones británico y el título "The Empire Strikes Back". Es decir, era Star Wars, no en la pantalla grande, sino en los medios de comunicación. Era un espectáculo, la guerra como espectáculo, con Thatcher haciendo el papel de Darth Vader en el "spotlight" del circo mediático. ¿Puede la guerra hacer a la gente olvidar el desempleo? La dictadura no pudo hacerlo en Argentina, y por eso hoy el kirchnerismo goza de un gran auge. En Reino Unido Thatcher tampoco pudo hacer olvidar el desempleo a los "pigmeos".
Cuando la exviceministra Karina Bolaños fue mostrada por CNN, en lugar de mostrarle dignamente, la mostraron como caricatura. Otros medios hablaron del tema con palabras amarillistas como "video XXX" y "video erótico". Bolaños había acudido a CNN porque decía que la prensa de Costa Rica "hace mucho daño". ¿Acaso CNN la dignificó o la ridiculizó? ¿Que Bolaños tenía una vida complicada? Pues sí, hay tanta gente con una vida complicada. Pero eso no justifica la humillación a la que incluso medios gubernamentales como BBC mundo y RTVE se unieron al circo de la humillación pública. Si buscas "BBC Mundo" y el nombre de ella, o buscas "RTVE" y el cargo de ella, lo que aparece en Google es la foto de la humillación y/o la referencia a la víctima y el video, y por supuesto no presentan el lado de ella. En Argentina El Clarín parece tener su circo contra el gobierno de Cristina Fernández. En Costa Rica los medios tienen un circo contra la presidente Laura Chinchilla también.
Al final, los políticos son para los medios como un payaso en el escenario. CNN usó a Bolaños como el payaso de la fiesta, pues sólo basta ver cómo la mostraron en su sitio web, en la imagen que se muestra arriba. Entonces, ¿se puede culpar a una audiencia que mira a los políticos como payasos, si esta celebra la muerte del "payaso Thatcher"? Venir a extrañarse de que la gente se ría cuando le ocurre un accidente al "payaso malo" sería desconocer la naturaleza de los medios de comunicación, lo que Cristina Fernández llamó "prensa canalla". ¿Por qué el gobierno argentino ha guardado silencio sobre el tema de Thatcher en lugar de ser muy verbal y aprovechar la muerte de Thatcher con fines políticos, como ha sido verbal con el tema de malvinas y el tema de los fondos buitre? Cristina Fernández debe saber lo que es la muerte. Perdió a su esposo, y vio morir a su colega Chávez. Probablemente ella sabe, a diferencia de Capriles que se puso a hacer un espectáculo en CNN con la muerte de Chávez. A mi manera de ver ese silencio es una muestra de respeto hacia los británicos, porque aún siendo oponentes políticos, parece que Argentina ha mostrado respeto, respeto a un ser humano (que no por ser oponente deja de ser humano) y su familia, y respeto ante la muerte, aunque no hubiese simpatía mutua.
Cosa distinta son los articulistas, como Pedro Brieger, que escriben palabras duras sobre el legado de los personajes caricaturizados:
A pesar de que Augusto Pinochet creía que estaba al frente de la gran cruzada anticomunista mundial no tenía muchos amigos. Ni siquiera aquellos que lo financiaron o apoyaron sentían demasiada simpatía por este militar del sur en cuyo rictus se dibujaba la tortura y la muerte. Margaret Thatcher fue una de las pocas que se atrevió a defenderlo públicamente. (...) Pinochet estaba siendo acusado por múltiples violaciones a los derechos humanos, torturas y asesinatos. Ella no tuvo ningún reparo en visitarlo. Más bien todo lo contrario. Uno de sus asesores, Robin Harris, en 2006, recordándola, escribió que “ella no hubiera hablado a favor de Pinochet si lo hubiera considerado un monstruo”. (...) Más aún, según la BBC de Londres, durante la mencionada visita a Pinochet, lo felicitó por “traer la democracia a Chile, haber preparado una constitución adecuada para la democracia, realizar elecciones y luego –de acuerdo a los resultados- dar un paso al costado.”. El ex presidente del gobierno español, José María Aznar -el mismo que le mintió al mundo sobre las supuestas “armas de destrucción masiva” que tenía Saddam Hussein para justificar una invasión que costó miles de vidas iraquíes- elogió la “claridad moral” de Thatcher que “le hacía distinguir de forma inequívoca entre el bien y el mal, entre los amigos y los enemigos, con quienes era implacable”. - Thatcher, Pinochet y Aznar, un trío de lujo
La bola de fuego de la prensa
Como he dicho, he conocido a gente que otros sólo han visto en la TV. Cuando hablas con ellos, se vuelven seres humanos. No se puede celebrar la muerte de una persona que conociste, es de muy mal gusto.
Probablemente cuando Thatcher decidió enviar a tantos británicos al desempleo, ella no veía seres humanos tampoco. La gente le miraba como la mujer del cuento que enriqueció a Ebenezer Scrooge y que evitó que Scrooge escuchara a los espíritus de las navidades. ¿Acaso los niños verían de buena gana a Scrooge si no cambia? Posiblemente los niños quemarían también la foto de Scrooge.
La prensa cuando arma su circo, tampoco mira seres humanos, y ahora están los que celebran en Glasgow la muerte de Thatcher que tampoco miran a Thatcher como ser humano. El circo mediático disparó el tiro por la culata a los políticos británicos, porque ellos acostumbraron al público a deshumanizar a los enemigos, y lograron que los "pigmeos" trataran a Thatcher como se trató a Saddam Hussein o a Gadafi. puede pensarse que las campañas mediáticas para crear pánico financiero en la zona Euro se pueden dirigir. Pero la multitud tiene vida propia y siente los embates económicos. A un "pigmeo desempleado" le duele tanto ser excluido del capitalismo por medio del desempleo, como le duele a un banquero que un país entre en default permanente y no le pague nunca más (pigmeo banquero), o como le duele al empresario al que le nacionalizan su empresa (pigmeo empresario).
Por eso, aunque Louise Mensch quiera indignarse contra los "pigmeos" (una referencia ya de por sí arrogante y racista) en realidad debería indignarse contra la prensa y todo el aparato que ha empujado a que se mire a los buenos buenos y a los malos malos en los conflictos geopolíticos, como si los seres humanos no tuvieran algo de bueno y algo de malo, como si las personas no fueran humanas. Debería indignarse contra el desempleo que empuja a los ciudadanos a volverse "pigmeos".
Los medios de comunicación no son como una pistola, sino como una bola de fuego. Esa bola no reconoce la diferencia entre quien la enciende y a quién va dirigida, pues quema a todos por igual.
Una vez en el escenario, todos son iguales. Ninguno es un ser humano real.
Thatcher, Bolaños, Rajoy, Pinochet, Aznar, Tony Blair, Saddam Hussein son todos payasos en el "spotlight", y como tales la gente les ha de tratar, dada la existente cultura mediática. ¿Cuál será el siguiente político británico en ser quemado en el espectáculo del circo mediático por los medios de comunicación ante la gente que no sabe reconocer la ficción de la realidad, a un personaje de cuento de un ser humano real?
A nivel popular, alguien diría que la crisis está sacando lo peor de la población en muchos sentidos, celebrar la muerte de Thatcher, el racismo...
Third admitted making comments or being involved in discussions which could be considered racist. Almost 40 per cent confessed to using the phrase ‘I’m not a racist, but...' when discussing race issues. Anti-racism group said the poll was 'disappointing'. - Is Britain a racist nation? One in three Brits 'admits to being racist', according to poll
Sin embargo, aunque en Argentina les va mejor, el racismo no parece ser menor (Video: El 76% de los adolescentes argentinos discrimina y tiene un alarmante nivel de racismo). Ni siquiera parece que la crisis actual sea la causa, sino la caricaturización mediática. Los políticos son caricaturizados, los grupos étnicos que son blanco del racismo son caricaturizados como monstruos y seres ideseables. No se distingue la realidad de la ficción caricaturizada mediáticamente en las gentes.
Vino el funeral y hubo reacciones encontradas.
Entre el público hubo muestras de protestas contra las políticas de la "Dama de Hierro” y contra el gasto del funeral que, según cifras no oficiales, ascendería a 10 millones de libras. Si bien hubo abucheos, la mayoría del público aplaudió el cortejo fúnebre, transportado en un carruaje de artillería tirado por seis caballos y escoltado por miembros de las tres fuerzas armadas. “Vengo a mostrar mis respetos por una mujer que llegó al poder en un mundo de hombres y triunfó”, señaló John Loughrey, uno de los seguidores que se acercó al centro de la capital inglesa. “Es importante mostrar los respetos a una mujer maravillosa que vivió con unos principios que no tenemos ahora”, dijo por su parte Maria Clarke.- Protestas y aplausos en el funeral de Thatcher cargado de solemnidad
Otra moraleja de la historia es que si desean ser reverenciados al morir, será mejor que se hagan amar por la población, y para eso sólo se ocupa brindar empleo. El empleo es el mecanismo de distribución de la riqueza del capitalismo, y el único tiquete para ser parte del sistema capitalista. Estando desempleado se está fuera del sistema capitalista, y la opción lógica es el izquierdismo, porque ya no se puede ser parte del capitalismo. ¿Acaso Thatcher al enviar al desempleo a toda esa gente, ella misma los convirtió sin querer a ciudadanos patriotas en "pigmeos izquierdistas"? Thatcher habría fundado su propia "fábrica de izquierdistas" con las politicas que adoptó. Venezuela, Argentina, Chile, tantos países han hecho lo mismo y han empujado cosas como el kirchnerismo, el chavismo, y otras formas de izquierdismo al empujar desempleo a los países. Es algo para que analizar en los círculos políticos británicos.
En España, Strauss-Kahn, el rey de España, Urdangarin, Rajoy o Zapatero están en el spotlight. Son candidatos viables para celebraciones similares a las que tuvo Thatcher en Reino Unido. ¿Iremos a ver celebraciones similares en el futuro?
Cuando se deshumaniza la política, y se trata de convertir a la gente en números, y se toma el desempleo a la ligera, y se les excluye del capitalismo al despedirles, el resultado lógico es la promoción del izquierdismo a partir del desempleo, y la celebración de la muerte de los causantes del desempleo. Esta parece ser la lección que se aprende con el chocante evento de la celebración de la muerte de Thatcher.