El PIB de Francia y Alemania está bajo, por arrastre de la Eurozona, dicen en las noticias.
Merkel y Sarkozy hablan de reducir deuda de los países para volver al estado de equilibrio (no tener déficit público) como cosa de sentido común, algo que está bien en principio, como concepto en la teoría. Ese estado de equilibrio se explica en mi post anterior Entendiendo la economia de un país en forma simple. Esperemos que ese estado de equilibrio no se trate de trasladar los déficit a los ciudadanos, como se ha hecho en el pasado, al excluir al ciudadano de las medidas de equilibrio en las lecturas macroeconómicas. Sarkozy con su mentalidad de derecha habla de reducir gasto público en los gobiernos más endeudados. ¿Funcionará?
Déficit público = Gasto público - Ingresos
PIB = Consumo + Inversión + Gasto público + Exportaciones - Importaciones
¿Cómo puede un país con problemas de deuda reducir gasto público y subir el PIB? Tendría que aumentar el consumo (aumentando el empleo), aumentar la inversión en economía real (no la especulación que produce beneficios sin producir nada), o las exportaciones (producir más para exportar, lo que requiere de una devaluación del Euro).
Ahora bien, si al gobierno le recortas fondos, y le pides que haga todo eso de más, ¿será viable o posible? Parece una chorrada ideológica de Sarkozy, que pertenece al reino de las ideologías utópicas del mundo Barbie. La única salida en lugar de reducir gastos (y sumergir al país en recesión), sería aumentar el ingreso fiscal (pero no cobrarle a los pobres, como es usual, sino a los ricos) y no reducir gastos en países con problemas, pues son los que más necesitan invertir en mejoras. Claro, habría que identificar si esos países en problemas tienen fuentes de despilfarro y eliminarlas mediante cambios en procesos. Una posible manera de mejorar la situación fiscal es con el impuesto Tobin, propuesto por Merkel, pues ese impuesto aplica carga fiscal a transacciones que dan beneficios y no producen nada. Es que no es justo que se graven actividades que producen algo y no se graven las que no producen nada. Pero ¿Alcanzará ese impuesto para cubrir el déficit y además cubrir el 5% anual de reducción de deuda?
Cabe añadir que cuando el PIB crece con consumo subprime o gasto público financiado con deuda, ese PIB es artificial e insostenible, porque siempre llega la hora de pagar. Y por eso el principio de deshacerse de las deudas es algo bueno. Sólo espero que no traten de aplicar las medidas de austeridad al estilo de las aplicadas en Argentina, o privatizar cosas que le dan ingresos al gobierno, porque eso sólo aumenta el déficit bajo excusa de reducirlo, y ralentiza el PIB bajo escusa de empujarlo hacia arriba.
Sarkozy señaló que un eurobono sólo ayudaba a financiar deuda, pero sin compromiso para reducir déficit, terminaban unos financiando deuda de los otros. La integración del gobierno único económico europeo termina derrocando la democracia en Europa. Ya con el BCE la política monetaria no es controlada por cada país y los miembros del BCE no son elegidos por los europeos, lo que hace la democracia europea una democracia municipal. Con un gobierno económico europeo no elegido democráticamente, con injerencia en el gasto público de cada país, se reduce aún más la posibilidad de democracia y empuja una estructura que recurda la URSS. Vladimir Bukovsky pasó muchos años en campos de trabajo rusos y prisiones psiquiátricas por defender los derechos humanos y en un video titulado La Union Europea, ¿la nueva URSS? describe la similitud de estructura entre la UE y la URSS.
No me calza mucho es la idea del Euro fuerte, pues más bien es devaluando que se obtiene capacidad de exportar y competitividad a nivel internacional. En mi post anterior El horrible dilema: Inflación o desempleo señalaba que una moneda fuerte en una economía financierizada, lo que consigue es exportar empleo, porque exporta los problemas de inflación a otros países y con ello el empleo. Es que no se puede tener empleo alto y moneda fuerte, y los intentos por contener este fenómeno serán simplemente medidas tendientes a disfrazar y postergar el problema.
El acuerdo de Sarkozy-Merkel me deja un sabor agridulce, no por las medidas, sino por las contradicciones. No me queda claro que tenga sentido lo que proponen, ni tampoco me queda claro si la intención es que haya más democracia o menos, o que haya más bienestar para todos los europeos o sólo para unos cuantos privilegiados.