Por alguna razón cuanto más nos repiten una frase más cierta nos parece, en particular si la repiten personas distintas y sobre todo si alguna de ellas es una figura de autoridad o un “experto” (término escurridizo). En realidad no es así, cuando hablamos de hechos la verdad es la verdad aunque sólo la defienda una persona entre mil, o quizá ninguna.