Con esta entrada inicio una serie de artículos donde trataré de explicar por qué creo que se avecina de inmediato una ola de inversión relacionada con la mitigación del cambio climático.
Goldman Sachs decidió ayer que las empresas solares de EE.UU. que estaban volcadas en el negocio residencial son oro puro mientras que las que no tocan ese segmento son basura.
En el día de ayer la Comisión Nacional de la Energía (CNE) dio a conocer los informes relativos al Real Decreto por el que se regula la actividad de producción de energía eléctrica a partir de fuentes de energía renovables, cogeneración y residuos
Para empezar vamos a ver la prueba evidente de que el autoconsumo es interesante sin primas... de la mano de la propia Iberdrola. Se trata de una presentación de Iberdrola sobre autoconsumo de abril del año pasado nada menos titulada Análisis del autoconsumo en el
marco del sector eléctrico español
La contrarreforma energética aprobada recientemente cuenta con una serie de características que implicarán cambios profundos en la industria y sociedad española.
A pesar de que he hablado mucho de esta empresa en el foro de Rankia, nunca le he concedido una entrada en mi blog. Todo lo más he llegado a hacer una predicción en un post hablando de tendencias en general hace 10 meses:
Ayer me decía un amigo que no entendía por que estaba tan cabreado con la nueva reforma energética, que si el gobierno había optado por inventarse una tarifa de respaldo para obstaculizar el desarrollo del balance neto en renovables era porque no debe ser interesante desde el punto de vista energético o económico.
El sector de las renovables ha sido utilizado para que los ciudadanos de este país sufran un golpe de estado en su soberanía energética. Las Directivas Europeas que defienden el hecho de que cada ciudadano de la Unión tiene derecho a consumir su propia energía y los Estados Miembros deben favorecerlo, han sido vilipendiadas e ignoradas
En el artículo La Ley de Moore de la fotovoltaica comprobamos como los equipos fotovoltaicos cuentan con una propiedad que los hace muy atractivos a futuro y que ha posibilitado que ya puedan competir en el mercado eléctrico con tecnologías fósiles, aparentemente más baratas por no internalizar sus costes ambientales.
En su día presenté a Solar City como una de las empresas "promesa" capaz de liderar un cambio de modelo energético en Estados Unidos, llevando la democratización de la energía a los ciudadanos.
Acostumbrado a leer en la prensa los globos sonda de las últimas barrabasadas cometidas por una clase política miope que no distingue una bombona de butano de un colector solar de agua caliente, leo con gran satisfacción que España se encuentra en la vanguardia inventora en lo que a energías renovables se refiere.
Aunque no recuerdo el enlace, estoy seguro de que hace unas cuantas semanas un forero de entre los que tienen más solera propuso que para arreglar el tema del déficit de tarifa eléctrica nada mejor que expropiar las centrales solares.
El discurso de cargarse a las renovables vía reducción de primas para luchar contra el manido déficit de tarifa me recuerda mucho a la política actual impuesta desde Alemania de luchar contra el déficit vía medidas de austeridad (con recortes de salarios públicos, reforma laboral salvaje, subidas de impuestos y recortes del Estado del Bienestar, entre otras medidas imaginativas) .
Llevo meses dándole vueltas a este artículo, pero no ha sido sino hasta que ya he decidido finalmente cambiar de aires (y de país) y tomar la determinación de desarrollar mi carrera en una tierra que no presuma de estupidez colectiva, cuando me he decidido finalmente a escribirlo.
Un mantra nuclear ampliamente extendido en España es el de que la producción eléctrica de las centrales nucleares españolas no puede modularse en función de la demanda de la red o la oferta de otras fuentes de electricidad.
Este artículo responde a la necesidad de muchas personas de saber, en líneas generales, porque se habla tanto y tan mal de las energías renovables en España, sobre todo a través de varios medios que causalmente se financian gracias a la publicidad de ciertos conglomerados energéticos.