Creo que el post de hoy puede sorprender. En este blog he defendido desde siempre que estábamos ante una situación de deflación y lo explicaba cuando todo el mundo esperaba que fuese a surgir la hiperinflación. Me gustaría recordar un post de 2009 en el que hacía una recopilación para concluir que íbamos hacía este escenario.
En esa recopilación hablaba del primer grupo de causas que nos llevaba a esta situación. Eran muchos años con unas políticas económicas (monetarias, fiscales y las famosas reformas) que transferían dramáticamente renta desde los ciudadanos a los mercados financieros (para mantenerlos en pie; no por razones ideológicas). Estas políticas tienen muchos efectos secundarios: son recesivas, deflacionarias, alteran la distribución de la renta, generan endeudamiento… En fin, el plan es que se trata de transferir recursos al sector financiero y eso implica que se genera pobreza por el otro lado, lo cual acaba destrozando la economía y generando problemas, ya que la demanda es menor que la oferta (me refiero a este fenómeno que unos llaman sobreoferta, sobrecapacidad y otros infra-demanda). Por tanto, las “reformas necesarias para el crecimiento”, las políticas monetarias (aquí explicaba las razones por las que las inyecciones de dinero provocarían deflación en lugar de inflación) y las políticas fiscales eran (y son) muy deflacionarias (aquí recuerdo un post en el que explicaba que no hemos tenido austeridad, sino que hemos tenido vacile). Esto conducía, en su momento, a una única conclusión lógica y evidente: la deflación.
Además de que todas las medidas (incluyendo la creación salvaje de dinero) eran deflacionarias; la hiperinflación resultaba imposible bajo estas condiciones. La razón estaba en el sistema financiero; mientras el sistema financiero se mantenga, la hiperinflación es directamente imposible. Esto lo desarrollaba en una serie de post que titulaba “la hiperinflación imposible”.
El lector notará que he redactado el post en pasado. Son post que escribí en su día para explicar hacia donde nos conducían las circunstancias que había en aquellos momentos. Lógicamente, estas previsiones perderán su validez cuando estas circunstancias cambien. Hoy estamos en un punto donde el escenario más probable ya no es la deflación. Si hoy tuviese que apostar, lo haría por un escenario de hiperinflación. La única duda que tengo es la posibilidad de una nueva patada para adelante; es posible que alguien invente algo (que será disparatado) para prolongar la situación deflacionaria hasta que lleguemos a la hiperinflación que ha pasado de imposible a inevitable (en realidad, ya lo era en su momento).
Me gustaría hacer un recordatorio de lo que ha ocurrido hasta ahora para explicar las razones por las que la hiperinflación ya no es imposible. Hasta 2008 las transferencias de renta a un sector financiero agonizante se basaban principalmente (aunque no exclusivamente) en medidas desde las administraciones públicas que la provocaban. Cuando caen los mercados emergentes a finales de los 90, se crea el fenómeno punto.com; cuando cae el punto.com se crea la burbuja inmobiliaria; cuando cae la inmobiliaria todo pasa a las commodities… El 5 de junio de 2008 el BCE sube los tipos de interés. Supuestamente toma esa decisión salvaje para luchar contra la inflación en este momento pero, en realidad lo hace para tratar de apoyar al euro (es un drama que caiga su cotización) y, sobre todo, porque el precio del petróleo se estaba desmoronando. La subida de tipos era letal para la economía, pero consiguió subir el precio del petróleo y la cotización del euro hasta julio de 2008, cuando el BCE confirmó que ya no podía más. El euro y las materias primas comenzaron a caer en julio de 2008, lo cual destrozó las cuentas de la banca de inversión estadounidense. En septiembre de 2008 el sector financiero estaba completamente quebrado, pero la caída de la primera entidad generó la coartada; tanto para la quiebra de todos, como para un cambio fundamental en todos los organismos económicos. Nos mostraron la caída de Lehman como la causa de todo cuando en realidad Lehman fue “la primera”; y sobre todo pasó a ser la excusa para una serie de barbaridades posteriores.
Hoy encontramos muchísimos artículos explicando las semejanzas y diferencias con la crisis de 2008, pero echo a faltar una diferencia no demasiado sutil: Hasta el suceso Lehman era impensable que se transfiriesen recursos directamente al sector financiero y hoy es impensable que un Estado diga “no”. Antes se diseñaba todo para que los bancos pudiesen ganar y, a partir de 2008, los Estados directamente garantizan que en caso de no ser suficiente se pondrá dinero sin problema. Los Estados pasan de promover las condiciones para las burbujas a comprar o garantizar “activos ilíquidos de máxima calidad” que efectivamente eran ilíquidos porque lo de máxima calidad era marketing.
La consecuencia lógica es que los Estados van quebrando en cadena. Lo que nos lleva a lo de las mutualizaciones, rescates y demás. Por explicarlo con más detalle: cuando cae la vivienda se abandona la creencia de “los pisos no bajan” por aquella de “los fondos no caen”. Cuando caen los fondos de las subprime se pasa de “los fondos no caen” a “las gestoras no caen” hasta que cae Bearn. Entonces pasamos a “los bancos no pueden caer” hasta que llega Lehman. Durante un breve período de tiempo en el que pensamos que la garantía de los países vale algo (porque no caen) pasamos a aquello de la Unión Europea hará lo que sea necesario. Cuando el euro ya no es irreversible porque las instituciones supranacionales muestran todas sus grietas llega el momento de los bancos centrales.
Y aquí encontramos otra diferencia respecto a 2008. En 2008 era impensable que un banco central comprase activos para mantener o crear una burbuja (repito que se limitaban a crear las condiciones para que ella sola se formase). Hoy es impensable que un Banco Central no actúe para comprar cualquier tipo de activo que caiga de valor. ¿Cuál es la consecuencia lógica? ¿No será previsible que la discusión de moda sea en un futuro muy cercano la situación de los bancos centrales?
Igual que los bancos normales, un banco central puede seguir funcionando indefinidamente mientras tenga acceso a fondos. La diferencia es que un banco central siempre puede imprimir los fondos que necesite de tal forma que puede estar completamente quebrado sin tener que suspender pagos. Pero esto no significa que sea omnipotente. En el momento en que las pérdidas en los activos que ha comprado (que son los que nadie quería) sean inocultables las discusiones y las presiones serán épicas. Y llegará un momento en el que “alguien con poder de transmisión de la información” estará interesado en transmitir la información de que los bancos centrales están quebrados.
Ahora están demasiado cerca de las burbujas y están comprando títulos con rentabilidades negativas, lo cual implica que cuando lleguen al vencimiento cobrarán menos importe que el que han pagado. Por otra parte, cualquier problema en los activos que disponen les destrozará. En cualquier momento la gente va a empezar a buscar información sobre las cuentas de los bancos centrales y en ese instante la situación se puede complicar mucho.
Cuando defendía que íbamos hacia la deflación, el consenso afirmaba que íbamos a una situación de hiperinflación por las acciones de los bancos centrales inundando de dinero el sistema económico. Es probable que las opiniones de que avanzamos a una deflación brutal vayan creciendo con las dudas sobre las posibilidades de actuación de los bancos centrales. En realidad, todo esto es coherente con lo que he manifestado en su momento; pese a todos los análisis que afirman lo contrario, la actuación de los bancos centrales era la que generaba la deflación. Cuando dejen de actuar dejaremos de tener una fuerza deflacionaria.
Y sobre todo, cuando tengamos la constancia de que los bancos centrales dejen de apoyar a los sistemas financieros (porque sus medidas ya no sirven o porque no pueden tomarlas) habrá desaparecido lo poco que queda de la causa última que impedía la hiperinflación. En futuros post explicaré porque cuando deje de ser imposible será lo más probable.