En consecuencia, está claro que con esta crisis, se deben adoptar medidas, como son el establecimiento de una paga de 10.000 euros al mes, por supuesto exenciones fiscales de tal forma que no se debe pagar más del 0,5% de impuestos, para todo aquel que haya escrito alguna vez un post en este país. Desde luego, para evitar que el sector tenga a partir de ahora menor calidad, el estado debe prohibir nuevos bloggeros, que desacrediten la calidad y el buen nombre de los que ya hemos juntado cuatro palabras. En caso de que no se acepte, lo más normal es que nos acabemos todos mudando del país, de forma que se perderá todo el talento. En relación a esto, no dejemos que la sociedad caiga en la demagogia practicada, desde pocos ámbitos de la sociedad, en el sentido de que a lo mejor no merecemos eso.
Por descontado, debemos entrar en el reparto de los fondos de la SGAE, ya que al fin y al cabo, es posible que tengamos más lecturas que bastantes de los escritores que andan por ahí. (Ya nos encargaremos de entrar una y otra vez en las páginas para conseguir tales números).
Y bueno, lo normal es que a todo el que tenga un blog, que el gobierno nos apoye mediante el establecimiento de los fondos ICO para comprar el piso, (nuestro lugar de trabajo), y el coche, (tenemos que salir a la calle para obtener información). Entenderé que no se me subvencionen las copas ya que aunque sean completamente necesarias para contrastar informaciones y encontrar inspiraciones, comprendo que puede ser difícilmente encajables en lo políticamente correcto. (Además en algo debemos apretarnos el cinturón).
Por supuesto, al que no tenga un blog, la recomendación es clara: ajustar el cinturón, vender más, recaudar más y gestionar mejor.
Esas son las medidas, y les juro que son por su bien; y por supuesto, todo el mundo sabe que en caso de que no se adopten, mil calamidades, el Apocalipsis y todas las plagas se nos caerán encima. Por supuesto tal afirmación es de sentido común, y se las puedo justificar tranquilamente y sin gran esfuerzo. Pero por supuesto no es mi intención aburrirles y estropear bonitos titulares con un razonamiento largo y tedioso sobre los beneficios que van a proporcionar a la economía, en consecuencia, les dará la frase aquella de que “hay que primar el talento y el sacrificio por la sociedad”.
Queremos también que quede clara la idea de que lo que estamos sufriendo ahora no es una crisis sistémica. Esto es una crisis financiera, que se acumula a una crisis inmobiliaria, junto con la del petróleo, lo cual unido a la crisis energética, que completamente independiente a la del clima, nos ha caído de repente a la vez que la crisis de las aerolíneas. Que es mala suerte que todo coincida con la crisis de las cadenas de televisión, o la del sector de la publicidad. Desafortunadamente, tal conjunción nos ha venido con la caída del consumo, (¡culpa de una absurda pérdida de confianza y no de que el consumidor este en el paro o perspectivas y con el sueldo congelado). Que el comercio caiga tanto o más que las compañías de automóviles, es evidente que no deja de ser una triste coincidencia. En fin, sólo los manipuladores pueden entender que exista una relación de causalidad entre todos estos acontecimientos (y alguno más que olvido ahora). Esto no es una crisis sistémica, como se comprueba fácilmente mirando el IBEX.
Al no ser una crisis sistémica, lo que tenemos que hacer para solucionar esta crisis es tratar de solucionar los problemitas que están sufriendo algunos sectores en particular, salvando a las empresas, por supuesto con el objetivo último de evitar problemas mayores.
Lo lamentable es que creo que tengo que aclarar que hasta ahora he tratado de hacer un texto irónico. No crea el lector que dudo de su inteligencia; lo que creo es que yo soy incapaz de distinguir las recomendaciones de los expertos o de los distintos sectores de este panfleto, y entiendo que cuando Funcas, la AEB, la Patronal, los sindicatos, los consumidores, la asociación del pan, del taxi, la del mueble o el G- (no sé cuantos ya) de los promotores inmobiliarios no practican la ironía.
De alguna forma, las propuestas a esta crisis, hace tiempo que no son más que cartas a los reyes magos de los distintos “agentes sociales”. Como quiera que parece ser que se han portado bien a lo largo del año, y como los Reyes parece que son buenos, al final, si no toda la carta, todo el mundo parece conseguir algún detalle.
Cuando se eligió al Sr. Campa como segundo del ministerio de economía, resulta que como punto en contra, estaba que la macroeconomía no era su fuerte. Realmente tal detalle no parece ser relevante, y de hecho no le importó demasiado a nadie. Al fin y al cabo, por un lado esto no es una crisis del sistema, y por otro lado en todo el mundo en los puestos económicos están copados por gente de la banca de inversión o de las finanzas.
En definitiva, lo que tenemos actualmente es una situación curiosa, en la que nadie parece haber cometido ni un solo error, pero que una desgraciada sucesión de accidentes, ha puesto en problema a cierto número de sectores, que han visto sus posibilidades de negocio limitadas. Por supuesto la solución, pasa por que los sucesivos estados generen negocios suficientes para que estos sectores no pierdan o pierdan lo menos posible.
En definitiva, aquí todo el mundo está con el “apretarse el cinturón” y “el libre mercado” y con el “habrá que ajustarse”, pero desde luego, todo el mundo se refiere a los demás. Todo el mundo habla de corregir los déficits, lo cual todo el mundo habla de subir los impuestos, (salvo los que afecten a su sector), y reducir los gastos, (salvo los que afecten a su sector).
Y al final, con la tremenda miopía, todo el mundo conseguirá que el vecino pague su factura. Claro que si los vecinos de todos pagamos las facturas, al final la factura la pagamos todos.
Es así de sencillo. Todos y cada uno de los agentes están empeñados en que todos seamos más pobres, y al final no conseguiremos otra cosa que esa.
Yo hace tiempo que he propuesto algunas soluciones. Sin embargo, mientras no se cambien los diagnósticos, todo será predicar en el desierto.
Tenemos que tener claras varias cosas antes de buscar soluciones. La primera es que hay una crisis de demanda brutal. Las familias están completamente ahogadas; He oído incluso teorías de que no son necesarios los trabajadores para producir, lo cual olvida la pequeña tontería de que esto de la economía es una forma de organizarnos para producir productos para su consumo.
Cualquiera de las medidas adoptadas, puede valorarse según varios puntos de vista, y en consecuencia son un desastre o son apropiadas. Sin embargo la triste realidad es que ni una sola de las medidas tomadas, mejora la renta disponible de las familias, (probablemente porque igual que los bloggeros, no tienen una asociación representativa con fuerza y potencia).
Lo que se olvida todo el mundo es que con cartas a los reyes de está no vamos a salir, porque por si no se han dado cuenta, los reyes no existen, sino que somos nosotros. Y todas y cada una de las peticiones las pagaremos nosotros. No se entienda mal, estoy de acuerdo en que la sociedad ahora tiene que hacer un esfuerzo y si hay que pagar más, por rescatar, pues se paga y se rescata; Sin embargo, este esfuerzo se ha de realizar con sentido y de acuerdo a un plan. Y el plan no puede ser mantener negocios con animo a “¡a ver si se recupera!”
Hace tiempo que he propuesto que debemos dejar de inyectar y rescatar a todo el que va cayendo, y en lugar de eso, debemos inyectar directamente el dinero en las empresas, en el importe que las empresas se comprometan a subir sus nominas en los próximos tres años.
Dicho de otra forma, el estado invierte el dinero salvando empresas, de tal forma que estas empresas devuelvan el dinero a sus trabajadores. Incrementando los sueldos. Es la forma de que las empresas tengan hoy liquidez para aguantar y clientes mañana.
Los trabajadores, tendrán que asumir el coste, (Coste que por otra parte asumirán de todas formas), pero mejoran sus salarios y los más apurados podrían refinanciar con perspectivas y sueldos mejores. Por supuesto, incrementa su confianza debido a que esperarían algo más que lo actual que no es otra cosa que bajadas de sueldos y subidas de impuestos para los optimistas, (y desempleo para los más pesimistas). Por supuesto, debe tenerse en cuenta que podrán asumir el coste si sus salarios suben. ¿Cómo vamos a pagar estos déficits con ingresos congelados en el mejor de los casos?.
Los bancos, podrían cobrar de unos y otros, a la vez que tendrían una economía que financiar.
Lo que está claro es que necesitamos soluciones globales, soluciones distintas y soluciones que solucionen el problema a todo el sistema económico. Sin embargo para ello, el estado debe dejar de asumir el papel de reyes magos. Debe dejar de hacer rescates a la carta a todo el que caiga. Debe gobernar, y tomarse las cartas a los reyes que desde todos lados le llegan como lo que son. Intentos de cada sector de salir beneficiados de esta. Y tiene que aprender a decir que no. A pedir esfuerzos a los bancos, a las empresas y a las personas. Pero a ofrecer un plan que de esperanzas a cada uno de estos.
Y oiga, si quieren hacer negocios, hablen con una escuela de negocios. Si quieren hablar de macroeconomía….
Y por cierto, dar el oro y el moro a este Blogger, solucionará la vida a este Blogger. Jamás solucionará el problema de España, ni el internacional.