Seguimos con la recopilación del escrito de Díaz Ferrán, (aún presidente de la CEOE, y otra vez supuesto vendedor de empresas en supuesta situación concursal, con supuestos empresarios de éxito que parece que quieren pagar una burrada por una fruta a punto de caer).
En el primero hablé de su párrafo a raíz de la bajada de sueldos a funcionarios y pensiones y sus intenciones de que eso se trasladase al resto de trabajadores; en el segundo toco hablar de los mercados financieros y como contentarlos.
Pues hoy toca hablar de otra de las peticiones de la patronal para salir de la crisis, y está desde luego muy relacionada con los mercados financieros. En particular se refiere a la bajada del gasto necesaria, pero por supuesto, ha de ser una bajada de gasto selectiva.
“El ajuste tampoco puede recaer sobre la parte del gasto público necesaria para incrementar el crecimiento potencial y la productividad de la economía. Si se estrangula la formación pública de capital físico, humano o tecnológico, se compromete el crecimiento futuro y, por tanto, se agrava la situación de la Hacienda Pública.
Los empresarios españoles creemos que una forma de reducir el gasto sin mermar la calidad de los servicios públicos es dar mayor protagonismo al sector privado. A su vez es precisa una reducción de las subvenciones a la prestación de ciertos servicios públicos. Una partida importante de todos los presupuestos son transferencias de renta o de capital a entidades que prestan servicios públicos a un precio muy inferior al coste de producción. Los casos más llamativos están en los transportes. Es preciso ajustar al alza el precio pagado por estos servicios, para acercar el precio al verdadero coste de oportunidad y regular de forma adecuada la demanda.”
Lo primero que choca de la redacción de esta carta, y es algo que Díaz Ferrán tendrá que pulir en su redacción es que no se puede decir en el mismo párrafo, esto de reducir el gasto y pedir que se incrementen al alza las transferencias de renta o capital a empresas que prestan servicios públicos, (forma fina de decir gasto), sobre todo en el sector transportes. Hombre, puede parecer un poco menos contradictorio si mete un punto y aparte y un párrafo, (aunque sea de relleno en medio). Esto nos lleva a pensar que estos dos párrafos, los podríamos redefinir de la siguiente forma:
“Es importante que el dinero que cobren las empresas no solo se reduzca sino que se incremente, Si se trata de servicios que actualmente cobran las empresas es importante que esa partida se incremente; (especialmente si se trata de empresas de transportes, que casualmente tengo unas cuantas), y si se trata de servicios que puedan hacer empresas deberá avanzarse en esa dirección. Por supuesto, lo que se trata es de reducir los gastos que nunca podrán percibir directamente empresas, como prestaciones a ciudadanos”.
En parte es normal, ya que al reducirse la renta disponible de los ciudadanos, nos encontramos con que la única fuente de beneficios de las empresas pasa a ser el erario público, de tal forma que se trata de que las empresas comiencen a facturar en diversos despachos, al no existir suficientes consumidores con capacidad e intención de gasto.
El otro día me preguntaba (de forma retórica, por supuesto); “¿Se van a bajar el sueldo a “los otros funcionarios”?. La respuesta es que estos proponen que no. Imaginaba que no, porque la realidad es que hace tiempo que con el presupuesto público, lo que se trata es de conseguir generar negocios en lugar de ahorrar. En un post posterior, de hecho me he preguntado por la definición de este sistema económico con el que nos quieren sacar de la crisis. Normalmente hay varias palabras para definirlo, y yo añadí otra: “¿liberalismo?, ¿neoliberalismo?, ¿economía de oferta?, ¿morro?”.
Desde luego el morro es el que manifiesta Diaz Ferrán mientras dice: “ajustar al alza el precio pagado por estos servicios, para acercar el precio al verdadero coste de oportunidad y regular de forma adecuada la demanda.”. Vamos a ver si nos aclaramos, porque realmente comparar el precio con el ¿coste de oportunidad?, es un poco de morro. Al fin y al cabo, resulta que los ciudadanos debemos exigir al estado que los servicios se realicen al menor coste posible, (medidos en euros pagados); ¿Qué es esto de pagar el coste de oportunidad?. El coste de oportunidad es el coste de una empresa de dejar pasar un negocio. Pues se siente mucho pero la realidad es que lo que tiene que hacer una economía es usar un mínimo de recursos posibles. ¿Qué las empresas podrían sacar más beneficios?.
Está claro, pero socialmente es peor, y desde luego es peor para las empresas y emprendedores que tienen que vivir de los excesos de rentas, derivados de los ahorros para los ciudadanos. En este sentido, ya he comentado la reforma sanitaria, que es un típico ejemplo de bien necesario y en el que podemos encontrar diferencias significativas en distintos países. Desde luego para las empresas, el mejor sistema es el de los Estados Unidos, pero desde luego es el más ineficiente y caro.
Por supuesto, lo de “regular la demanda”, que pide es de nota, ya que al fin y al cabo, lo que debemos regular y vigilar es la oferta. ¿o por lo menos ya no se disimula en torno a lo de el cliente es el que manda?. En este sentido, parece un poco ridícula esta afirmación, aunque como he recordado en el post: “Desregulación y Seguridad Jurídica”. Al final esto va de la siguiente forma; la oferta, (los representados por el ilustre escritor) debe ser desregulada, pero a su vez es importante dotarla de seguridad jurídica, en el sentido de que las empresas no se han de ver sometidas a compromisos duraderas, mientras el resto sí.
En todo caso y por supuesto no estoy de acuerdo con este apartado, (tampoco), porque al final lo que plantea la patronal es aligerar los presupuestos del estado para que puedan generar más negocio a las empresas, de tal forma que al final estas esquiven el mercado en el que deben operar.
Mi opinión es que debemos comenzar a entender el presupuesto público como las aportaciones a las comunidades de vecinos. Entre todos ponemos un fondo para conseguir mejorar la vida de todos los propietarios, de forma que nos salgan más baratos determinados gastos. Por supuesto, debemos concluir que necesitamos pagar la electricidad de la escalera, la limpieza y determinados gastos y para eso ponemos una parte de nuestro presupuesto. Y cuanto menos pongamos, más dinero tendremos para comprar en los comercios de la zona. Este ejemplo es el que he desarrollado en el post de “De “la comunidad” a “Aquí no hay quien viva””.
Tanto en la comunidad de vecinos, como en los estados, la realidad es que es difícil que las cuentas salgan cuando olvidamos que se trata de hacer las cosas de la mejor forma entre todos y nos dedicamos a hacer negocietes a costa de vecinos y contribuyentes.
Lo de proponerlo con todo el morro, es de locos…