A principios de 2008, nadie tenía el menor empacho en criticar la miopía de Zapatero, que se empeñaba en ver una desaceleración económica en lugar de una crisis de campeonato que se nos venía encima.
Desde luego es totalmente normal que se criticase a este personaje por no ver lo que era desde luego muy obvio. Y desde luego la frase aquella de “puede ser que rocemos la recesión”, es tan fuerte que incluso llega a doler.
La conclusión está clara y desde luego a todos nos ha quedado claro que mentir para ganar unas elecciones es algo que no se debe hacer y es algo censurable. No voy a ser yo el que defienda la actuación de este gobierno negando lo evidente. Sino que más bien me gustaría centrarme en lo que no se ha dicho.
Curiosamente en 2008, no fue Zapatero el único que negó la posibilidad de la recesión, sino que el ilustre Trichet recordemos que subió los tipos en julio de 2008, y no vio más que riesgos en la reunión de octubre de 2008, donde no consideró apropiado tocar los tipos, a pesar de que Lehman ya había quebrado y estábamos en lo más parecido al apocalipsis financiero que podemos imaginar hasta ahora.
El caso es que yo no tengo noticias de que Trichet se haya presentado o vaya a presentar a ningún tipo de reelección, lo cual no deja de ser un despropósito del quince. Pues como parece que no se presenta a ninguna elección, ya parece que su actuación no fue tan lamentable como la de nuestro presidente. Por lo menos no se le ha criticado. Exactamente lo mismo va para todos los organismos de carácter público, semipúblico o ¡vaya usted a saber!, que pululan por el mundo adelante.
Otra cosa que me sorprende bastante son los analistas que inundan los medios, que si bien tampoco fueron capaces de ver la que se avecinaba, lograban la increíble pirueta de criticar al gobierno por no prever una de las peores crisis de la historia, mientras por otra parte la negaban al atribuir estrambóticas recetas para salir de esta, e incluso vaticinar recuperaciones de todo tipo, sin preocuparse de cambiar absolutamente nada.
Pero ya puestos a sorprenderme, lo que de verdad no me acaba de entrar en la cabeza es la desfachatez de numerosos políticos, banqueros, bancos centrales, organismos de todo tipo y calaña y expertos varios, que de repente comienzan a salir ahora otra vez con que vamos a tener otra desaceleración. Al que hable de desaceleración, ralentización del crecimiento o palabras similares, le tendríamos que hacer la siguiente pregunta:
Si en 2008, se criticó duramente a ZP por mantener una visión irrealmente optimista de la situación económica del país, usando la palabra “desaceleración”, ¿Por qué está usted haciendo lo mismo?.
Y ya puestos, a ver si me explican la extraña razón por la que la sociedad sigue empeñada en escuchar a expertos que no han dado ni una; ¡y que siguen diciendo lo mismo!. La verdad es que me crispa que dos años después sigamos cogiéndonosla con papel de fumar y hablemos otra vez de la famosa y traída desaceleración.
Desde luego está claro que la actuación del gobierno es una vergüenza cuando se niega a admitir la situación, pero tal y como está claro ese punto, lo que es cierto es que cualquiera que haga o diga exactamente lo mismo que el gobierno, está haciendo lo mismo. Y desde luego la vergüenza no es que nos engañen por conseguir votos. La vergüenza es que nos manipulen, sea por votos, sea por plusvalías, sea por recuperar los mercados financieros, o sea porque son completamente inútiles.
Y esto me lleva a la famosa recuperación en W, o en lo que sea, y entramos en la historia de siempre. ¿Qué es la recuperación?. ¿Qué se recuperen los bancos?, ¿Qué suba el petróleo?. ¿Qué baje el déficit?, ¿Qué suba el PIB?. Las cuentas de los bancos, los índices de morosidad, los índices financieros y todas las cuentas y datos que se nos ocurran tienen algo en común. Son indicadores de una situación en la realidad. Es así de simple y así de claro. Son indicadores, y como tales nos han de expresar una realidad; pero lo que hemos hecho es alterar los indicadores.
Es decir, los mercados financieros son un reflejo de la realidad, tratando de mostrarnos el todo a partir de una muestra. Pues lo que está claro es que si los mercados financieros se han recuperado, puede ser que se entienda que se está recuperando la economía y en consecuencia esto tire de los mercados financieros, o bien que se ha hecho lo humano y lo inhumano, lo previsible y lo imprevisible, lo razonable y lo irrazonable para tirar de estos mercados. Es así de sencillo. Y por supuesto, en mi opinión, discutir sobre la opción en la que nos encontramos me parece hasta absurdo.
Es así de sencillo; tenemos a los gobiernos hablando de una recuperación de la economía, tenemos a los organismos discutiendo sobre la velocidad de recuperación y tenemos a algunas personas advirtiendo de una recaída. Simplemente es algo que no logro entender; porque es tan sencillo zanjar esta discusión como tratar de convencer a los empleados, a los desempleados, a los autónomos, a las pymes y a todo el mundo de que el gran crecimiento de este último año ¡corre peligro!.
La economía no es el ibex, sino que siendo muy magnánimo, la realidad es que el IBEX es sólo una parte de la economía. Y digo magnánimo, porque la desconexión es de tal magnitud que la única relación que nos encontramos con cualquier ámbito económico, es que ese juguetito caro nos está costando una pasta a todos a cuenta de la moda esta de socializar perdidas y privatizar beneficios.
¿Estamos hablando de recuperación?. Pues resulta que las empresas han dejado de caer tan abruptamente, las cuentas públicas han dejado de deteriorarse tan rápido, el empleo ha suavizado su caída, el consumo baja en menor proporción, los sueldos caen, el poder adquisitivo cae, las pymes cierran a un ritmo menor.
La discusión sobre la recuperación en W, las desaceleraciones y todas estas terminologías es sencilla de dirimir. Sólo hace falta acordarse de que son esas incertidumbres que acechan a los mercados financieros; ¡La economía que no se está recuperando!. O si lo quieren ver de otra forma la economía es esto que se derrumba mientras ponemos todo lo posible para recuperar el sistema financiero, pero que nadie ve porque no puede levantar los ojos de la gráfica del índice de turno.