El presidente del Banco Santander ha aprovechado que él si puede decirle a nuestro, (o eso dicen) presidente que tiene que aguantar la legislatura, para así aprobar todos los cambios que el grupo de las grandes empresas de España piden. Esto implica que por un lado nuestro presidente coge cierta moral; (supongo que porque los que importan le piden que se quede).
Claro que desde el partido de la oposición se nos cuenta que lo que importan son las pymes, y supongo que estará callado, porque según parece Emilio Botín lo ha llamado para decirle que le ha pedido a Zapatero que se quede, porque a este gobierno no se le hace una huelga general y al PP le montarían una huelga a las primeras de cambio.
En todo este baile, los ciudadanos sólo podemos elegir entre informarnos (y cabrearnos), o pasar de todo; por qué está claro que últimamente ya no contamos ni tan siquiera como disimulo.
En la reunión que origina estos hechos, lo único que se plantea es la creación de una comisión para la competitividad, pero el caso es que para la competitividad, primero tienen que darse las ganas de competir y en este país, el absurdo ya llega a niveles que difícilmente podemos medir.
A la cabeza del absurdo, nos encontramos con el sector financiero, (como siempre), que ha perdido totalmente el sentido de la realidad. Hace unos meses, ya comenté que me parecía totalmente increíble la actitud del Banco de España, prohibiendo sin ningún tipo de disimulo que las entidades financieras compitiesen. El post se llamaba “El banco de España prohibiendo la competencia y resultado de la lotería de las gasolinas…”.
Pues en estos días nos hemos encontrado con una noticia que ha llamado mucho la atención; El caso es que el Banco de España, efectivamente ha logrado parar la guerra de depósitos, hasta que de repente nos encontramos con una extraña actuación de “La Caixa”, que se había decidido a lanzar un deposito al 4,25, pero que permitiría ser rescatado a partir del primer año al 4%. Dicho de otra forma, se ofrecía en la práctica un depósito al 4% a un año.
Pues lo siguiente que ha pasado es que en Expansión nos encontramos con un artículo en el que nos dice que la entidad retira la oferta, y pasa a ofrecer solo el 1% si no se mantiene al final. Desde luego, no es sorprendente que desde todos lados se haya presionado a esta entidad hasta el punto de que se de marcha atrás en su decisión. Lo realmente grave es que tampoco sorprende el morro de las entidades financieras, quizás animadas porque desde todos los sitios donde se habla de libre mercado, competencia y competitividad, se hayan prohibido expresamente tales pecados, bajo la razón de que ¡es absurdo para las entidades!. En realidad es todo muy normal; ¿Qué mejor que un oligopolio?.
Este morro, que ya ni sorprende, se manifiesta en frases del artículo:
“Tras airearse el rompedor producto de La Caixa, los portavoces de otros bancos y cajas de ahorro consultados por este periódico señalan que la oferta rompe un pacto tácito de “no agresión” que existía en el sector bancario para no volver a “la absurda guerra del pasivo que se desencadenó en 2010”, ya que erosiona los márgenes, en un momento crítico para la banca”.
“Fuentes del mercado señalan que es posible que la firma haya tenido que dar marcha atrás por recomendación del propio regulador.
“El año pasado, cuando Santander lanzó su depósito al 4%, metió mucha presión al resto de entidades, que se vieron obligadas a igualar la oferta para retener recursos y clientes. Se desató una guerra en la que todas las entidades salimos perdiendo por el deterioro del margen. En el contexto actual, la agresiva oferta de La Caixa hubiera hecho mucho daño a las cajas pequeñas, ya asfixiadas por los nuevos requisitos de capital e inmersas en un proceso de reestructuración”, explican fuentes financieras.”
¿Pacto tácito de no agresión?, ¿reguladores presionando a una entidad para no competir?, ¿una guerra en la que salen perdiendo todas las entidades?, ¿absurda?. En algún momento alguien tendría que explicar estas reglas de competencia que se están imponiendo ahora y explicar en qué se parece esto a un mercado de competencia perfecta.
El post en el que avanzaba y explicaba los efectos de esta situación coincidía con el tiempo, con el resultado de la lotería de las gasolinas para el mes de enero. Aprovechando el momento tengo que recordar que en abril de 2011 ha salido premiado GALP, y animar a todo el mundo a seguir avanzando para buscar alguna forma de presionar y generar competencia.
Si el sector financiero ha sido el más exagerado, el sector de las gasolinas no deja tampoco de facilitarnos perlas. Hace unos días en el post “¡Qué país!” hacía referencia a un informe sorprendente de la comisión nacional de la competencia, en el que concluía que la estructura del mercado de las gasolinas tenía ciertos problemillas de competencia, que significaban que los españoles estamos soportando unos precios más elevados que el resto de los países de nuestro entorno.
Pues esta semana nos hemos encontrado con que Repsol ha protestado por el informe. ¡y el regulador se ha medio excusado diciendo que esto no iba con Repsol, sino que se refería a la estructura del mercado!. De alguna forma increíble, estamos ante un oligopolio de libro; lo cual significa que las empresas realizan una serie de prácticas que suponen un sobrecoste para los clientes, (y un sobrebeneficio para las empresas); y resulta que desde la Comisión Nacional de la Competencia, se entra en el juego de quitar hierro al asunto, de no hacer absolutamente nada, y desde luego en el colmo del absurdo, los organismos de competencia en lugar de ponerse firmes, iniciando todas las investigaciones para probar todos los abusos, evitarlos y castigarlos, no se molestan en disimular absolutamente nada y nos cuentan aquello de “son los mercados”, descargando la responsabilidad en un ente que no es más que la suma de unos cuantos caraduras.
Por tanto, vuelvo a pedir que este mes se evite Galp; que sigamos avanzando en la lotería de las gasolinas, y ya que estamos, al “no les votes”; en el caso de los bancos y petroleras no les afecta, (ni son elegibles, ni creo que les importe quien sea elegido), ni en el caso de bancos centrales, (tampoco tenemos nada que pintar por ahí), pero si podemos forzar a los políticos para que recuperen el control sobre todos los organismos y que se acuerden que su objetivo deben ser los ciudadanos, ¡sin excusas!.
