Tras casi 35 años de alejamiento, he dedicado una buena parte de mi tiempo en los últimos tres meses al Tomo II de El Capital de Karl Marx. Ha sido una tarea ingrata, pues al contrario que en sus otros textos de carácter político o crítico en que su capacidad literaria para atraer al lector y seducirle es patente, en El Capital, Marx es tedioso hasta la extenuación
Quien haya leído el post anterior quizás se haya planteado la pregunta de si puede tener alguna repecusión lo dicho en él sobre otra actividad delictiva como es el terrorismo
Andaba yo estos días leyendo un curioso libro de título “Narconomics. How to run a drug cartel” de Tom Wainwright no porque tenga ganas de cambiar de ocupación sino para ver de si aprendía algo del comportamiento de quienes se encuentran en el “lado oscuro” de la economís
Como mucha gente estuve pendiente del nuevo atentado yihadista que esta vez le ha "tocado" a Bruselas. Conforme pasaban las horas y más oía a tanto periiodista, pòlítico, experto y opinador casual -de esos que pasan por la calle carretas de Madrid- más me deseperaba al oir tanta vacuidad, tanta palabrería, tanto análisis que no resistía el más mínimo anális
"Al que tiene un martillo, todo le parecen clavos", reza un viejo dicho que se me antoja cierto de todas todas cuando veo la tendencia compulsiva que tengo a pensarlo todo desde mi propio "martillo", o sea, desde la teoría económica. ¡Qué se le va a hacer! Deformación profesional...
Una de las partes de la moderna teoría económica que más me gusta y más amplia relevancia creo que tiene es la llamada Economía de la Información, y, dentro de ella, la Economía de la Señalización
No hay nada que pueda impresionarme tan desfavorablemente como el que alguien trate de impresionarme favorablemente.
Polemología, del gruiego polemos, guerra, conflicto; y de logos, razonamiento: ciencia o arte de la guerra. La polemología económica sería, en consecuencia, la "ciencia", o mejor el "arte" de la guerra económica, pues también ella, como decía von Clausewitz de la guerra convencional, es el territorio del azar, de lo imprevisto, de modo que no hay prescripciones estratégicas o tácticas de
Llevo ya muchos años, puede quizás que ya demasiados, dando clase. En consecuencia, hay ya por ahí algunos cientos y hasta es posible que un par de miles de exalumnos míos buscándose la vida. Por ello, no es infrecuente que de vez en cuando me tropiece con alguno de ello
Advierte Ferlosio en uno de sus pecios, y advierte como siempre bien, de que hay que prestar suma atención a las ideas que se tienen al llegar a la edad de la jubilación porque como de viejo ya no se cambia de opinión “ésa va a ser su renta hasta el fin de sus días”. Y creo que se puede extender la misma admonición a otros campos de la vida y el comportamiento. Sin caer en actitudes
El cansino asunto de la futura pero cada vez más segura independencia de Cataluña respecto de España está dando lugar, no a ríos de tinta, sino a auténticas riadas. Y que siga siendo así.
Daniel Kahneman, el psicólogo Premio Nobel de Economía de 2002, ha recapitulado buena parte de su larga carrera de investigaciones acerca de cómo pensamos los humanos, Pensar rápido, pensar despacio, en que muestra cómo los humanos podemos recurrir a un doble sistema a la hora de tomar decisiones
Leo y oigo y me alegro, sin ironía, de lo que parece ya ser por fin un hecho. Y es que la proverbial incapacidad de la mayoría de los españoles para entender y al menos chapurrear de modo efectivo el idioma de Su Graciosa Majestad Isabel II de la Gran Bretaña parece -ya por fín- estar en trance de ser vencida
¿Puede quebrar un banco? ¿Puede entrar en bancarrota? Parecen preguntas tan estúpidas que solo escribirlas me está dando "cosa" en el sentido de que me cuesta en un sentido muy real, casí físico, hacerlo. ¿Acaso no me he enterado de que desde 2008 arrastramos las consecuencias de una crisis financiera originada por las malas decisiones económicas de decenas de bancos de todo el mundo?
Mira por dónde, ¡quién me lo iba a decir!, el Primer Ministro de Su Graciosa Majestad de la Gran Bretaña ha tenido a bien proporcionarme una perfecta y divertida ilustración de un fenómeno general que yo ya había tratado en una ya lejana entrada en este mismo blogs