No me digáis que no habéis alucinado con la campaña mediática con la que nos han bombardeado acerca de que desde el 1 de enero se acababan los arrendamientos de locales de renta antigua.
Ha sido realmente asqueroso, que si pobrecitos los de este negocio de muñecas que lleva 70 años en el centro y ahora se va a tener que cerrar o esta taberna cuyos dueños tienen solo 45 años y se van a quedar sin negocio porque los dueños del local son muy malos y ahora les piden el doble. Cualquiera que oyera esas noticias tendenciosas podría pensar que el lobby de los rentistas había conseguido del gobierno que les apoyara para maximizar sus beneficios, cuando se ha tratado exactamente de lo contrario.
En vez de haberle echado huevos en 1994, cuando entró en vigor la actual Ley de Arrendamientos Urbanos y de haber acabado de un plumazo con estos arrendamientos franquistas, el gobierno de entonces se achicó, se quedó a mitad de camino y les dio a los inquilinos de estos locales NADA MENOS QUE VEINTE AÑOS PARA ADAPTARSE A LA NUEVA LEGISLACIÓN.
¡¡VEINTE AÑOS!!
Aquí no estamos hablando de fondos buitre del capitalismo neoliberal tratando de maximizar beneficios a costa de explotar al trabajador, que no os vendan la moto, sino de pequeños propietarios que llevan media vida mal alquilando sus propiedades porque un día muy lejano a un dictador le dio por legislar en favor un sector de la población en perjuicio de otro y de que los sucesivos gobiernos habidos desde la muerte del dictador no han sido capaces de enderezar aquel entuerto.
Siempre que se favorece a un sector se está perjudicando a otro, porque que yo sepa los gobiernos nunca dicen de apoyar a los comerciantes pagándoles la mitad del precio del alquiler. No, de lo que se trata es de que sean los propietarios quienes aguanten otros veinte años medio regalando sus locales comerciales a negocios obsoletos o a comerciantes ineptos incapaces de obtener de la fantástica situación del local comercial todo el potencial que podrían.
Y ojo, que ni siquiera es cierto que se hayan acabado todos estos arrendamientos gorrones. Solo han finalizado los de aquellos que estuvieran a nombre de una sociedad mercantil, pero no los que tuvieran como titular a una persona física, los cuales continúan en situación de prórroga legal obligatoria para el arrendador, bien a favor del originario arrendatario o en su caso del cónyuge que continúe la misma actividad, sin sometimiento a plazo alguno en cuanto a su extinción ( es decir, que son de por vida), ostentando ambos en cualquier momento el derecho a traspasar el local en los términos previstos en el artículo 32 del texto refundido de 1964 en cuyo supuesto continuará el arriendo por un mínimo de diez años a contar desde el susodicho traspaso.
O sea, que cuando los actuales inquilinos se aburran o sean tan viejos que ya no puedan ni con su alma, aún podrán traspasar el alquiler y el nuevo inquilino podrá seguir disfrutándolo otros diez años a contar desde ese momento.
Jejeje, vaya broma para los tristes propietarios, que deben estar ya hartos de encender velas negras y de hacer vudú pinchando muñequitos para que se les termine este infierno.
¿Por qué será que a mi esto de la renta antigua me suena a carcamales uniformados repartiendo hostias?
Y por cierto, que todavía hay caraduras a los que la fiesta les ha sabido a poco y que aún pretenden agarrarse a un clavo ardiendo para seguir chupando de la teta.
Y los medios ahí, dando la matraca.
Y vosotros qué opináis, ¿ya habéis tomado partido?