Entiendo, que, es a Eduardo 1, a quien respondes, aunque hayas indicado Santiago 1, quizás por error. En todo caso, quiero contestarte con brevedad.
Con el debido respeto, creo que en tu materia, que, según dices, es el Derecho (puesto que eres abogado), debes de estar muy puesto (como no podía ser de otra manera). Pero, en lo que son cuestiones de economía, me permito, decirte, que, cualquier otro, más experto que yo, podría impartirte lecciones, que te darían, por lo menos, una vuelta al revés y otra, más, al derecho.
En todo caso, incluso, sin poseer grandes nociones sobre ciertas materias, existen multitud de datos e informaciones, que, están disponibles para un público diverso y, que, con un mínimo de esfuerzo, en documentarse o asesorarse, debidamente, permitirían a cualquiera, adquirir una idea certera (aunque no sean conocimientos profundos) de ciertos hechos.
Está comprobado, que, históricamente, los bienes tangibles, en general, se revalorizan más, todavía, en las épocas de crisis, precisamente. Ésto es así, por la sencilla razón, de que han sido, por excelencia y desde siempre, valores tradicionales de refugio, por los que ha apostado la gente. Una prueba de ello, es la excelente rentabilidad que viene acumulando durante años, el Fondo de Inversión Filatélico, que gestionan en Stanley Gibbons.
Dices, que, los clientes de Afinsa, rara vez reclamaban sus sellos y que tan sólo pretendían pasar por Caja, al finalizar contrato. Ésto es, simplemente, una evidencia, tan obvia como coherente, tratándose de gente inversionista y no de coleccionistas ingentes.
Por último, resaltas, certeramente, las consecuencias, tanto económicas como sociales, que, acontecen en las crisis económicas y los efectos perversos que pueden acarrear, en todos los niveles o estratos, de la población entera.
Es posible, que, en éstos años, posteriores al 2006 (que estamos viviendo), todo, se termine por venir abajo, como ya ha ocurrido con el ladrillo. Sobre nada ni de nadie, puede decirse, que, quede inmune a las vicisitudes que se dan con los tiempos. Cualquier cosa puede caer, sean Bancos, empresas y hasta sectores enteros, incluidos Estados, también.
Puede, que, con Afinsa, hubiese sucedido, lo mismo. Pero, verdaderamente y por la situación real de la empresa, con anterioridad a su intervención, no puede reseñarse otra cosa, que no fuera, lo justo, al revés. Jamás, la Compañía estuvo mejor que entonces y en su pleno apogeo, se la derribó. Con muchísima probabilidad y dados los tiempos de crisis actuales, ésta empresa hubiera salido, más grande y fortalecida, al contrario que otras muchas, que, ya se han quedado por el camino. Otras, todavía, se quedarán de manera inexorable, como sin duda veremos, ántes de que todo ésto haya acabado.