Estoy de acuerdo contigo, Sandosc, en que deberíamos tener unidad de acción, pues se supone que el objetivo de todos los afectados es el mismo: recuperar nuestro dinero en el menor plazo posible.
Por eso me sublevo y me expreso con vehemencia cuando veo comportamientos absolutamente destructivos. No podemos comportarnos como una enloquecida fiera herida, tenemos que actuar con la cabeza fría y sabiendo que esto es muy serio, hay muchísimo dinero en danza, existen fuerzas poderosísimas que intervienen e intentan que las cosas se desarrollen de determinado modo en beneficio propio, que no es el de los afectados.
Permíteme que te haga una precisión. En el caso de Afinsa, NO ES CIERTO QUE CAPTASEN CLIENTES BAJO LA SEGURIDAD DE UN AVAL. No encontrarás documento, ni folleto, ni nada que permita hacer tal aseveración. Ya llevamos demasiado tiempo en esto como para andar con imprecisiones o no explicando las cosas como realmente son. A estas alturas, quien quiere estar informado, lo está. Lo contrario levanta sospechas de ignorancia o de mala fe.
La póliza de seguros era eso, una póliza que cubría determinados riesgos (robo, incendio, deterioro, etc.) de una mercancía, los sellos. Mercancía que la aseguradora cada año se cercioraba de su valor, Ninguna aseguradora asume un riesgo por 1.000 de una cosa que vale 100. El porqué en un momento dado, deja de asegurar lo que aseguró durante años, sería bueno conocerlo. En el caso de Afinsa, este seguro estuvo en vigor hasta muy poco antes de la intervención/paralización de la empresa y ésta se encontrava en negociaciones con otras compañías para solucionar el asunto. O SEA QUE SI HAN PECADO, SUS PECADOS SON OTROS, QUE VENGA LA FISCALÍA Y TRAIGA DE UNA VEZ LAS JODIDAS PRUEBAS.
La responsabilidad del Estado, que yo entiendo que existe, es un tema espinoso, largo, incierto, caro y complicado. Aferrarse a eso como solución me parece poco acertado. En el mejor de los casos, obtener una resolución favorable nos podría llevar más de 20 años. Muchísimos afectados no pueden esperar tanto, en el supuesto optimista de que se ganara el pleito.
Es por eso que muchos afectados, agrupados en diferentes asociaciones, estamos intentando buscar una salida, una salida posible, la menos mala que podamos lograr, porque ya tenemos muy claro que nadie va a hacerlo por nosotros. Pensar que la Justicia nos va a solucionar algo, o que la administración ya vela por nosotros, es vivir en los mundos de Yupi.
Lo que ha sido una vergüenza (y lo sigue siendo) es ver cómo desde determinados intereses, grupos, etc. se nos criminaliza, se nos tacha de defensores de las empresas, que si de los imputados, que si patatín, que si patatán. Y precisamente esas acusaciones provienen de las filas de quienes no han movido ni un solo dedo, que se dedican a secundar las tesis (hoy por hoy más que peregrinas) de la fiscalía) y que en ningún momento, aparte de ejercer de inquisidores, han aportado nada positivo, nada constructivo, ninguna acción que pudiera molestar al poder.
Me he cansado de explicar que a nadie se obliga a adherirse al Convenio. Que lo único que se está haciendo en estos momentos es recoger el número imprescindible de adhesiones para que sea admitido a trámite. Que esa es la única manera en que luego, una vez conocido y analizado su contenido, los afectados se puedan pronunciar.
Que nadie que no tenga oscuros intereses tema nada, porque el convenio solamente podrá salir adelante si la mayoría de los afectados se adhiere a él libremente, una vez dispongan de toda la información.
Son muchos los que no quisieran ver un convenio aprobado y en estos momentos están que trinan porque no pueden echarle mano, porque no pueden hacer nada por abortar su nacimiento.
Estamos trabajando para que todo el mundo pueda, libremente, tener la opción de adherirse al convenio o de no hacerlo. Para que todo el mundo pueda, libremente y con conocimiento de causa, elegir entre el convenio o la liquidación.
Parece ser que molesta que tengamos esa posibilidad. Los voceros de la liquidación quieren impedirnos que podamos elegir. Pues no lo van a lograr.
¡¡CONVENIO, SÍ!! ¡¡LIQUIDACIÓN, NO!!!