Que yo ponga, ¿qué? Debe ser por tus ex - clientes por quienes te tendrán identificado. Por ellos se habrá de saber quién eres, dónde trabajaste y lo que al final hiciste, dejándolos abandonados. Así, tuviste que huir corriendo por patas cuando iban a por ti para querer, tal vez, verte ahorcado. Otra cosa es que sepan o no que pululas por aquí o que quieran entrar a leer (si es que lo conocen) en este foro.
... "acallar ... a quienes tienen opiniones contrarias a las tuyas" ...
Lo tuyo no son opiniones independientes. Tus juicios están afectados por el resentimiento. Fuiste empleado de una Compañía en la que acabaste mal, perdiendo tu trabajo (eso lo tendrías que haber dicho) y desde entonces comenzó tu hostigamiento negativo hacia la empresa o sus directivos, exclusivamente.
De verdad que eres un "desahuciado mental", solemne. Mila Hernán jamás interviene ni ha intervenido en este foro, tal como ella misma lo ha corroborado siempre. Este foro para ella es una basura y aunque algunos tratemos de rehabilitarlo hacia algo más decente. Además de que esta mujer, nunca se oculta bajo ningún nick que no sea el de su propio nombre. Eso, ya deberías de sobras saberlo.
En lo que a mi respecta, junto a otros compañeros, ya he aclarado bastante que formamos un grupo de familiares afectados y amigos, a la par que nos alternamos en el uso de un par de nicks, conjuntamente. Debido a que no disponemos de medios propios, para acceder a internet de forma continua o permanente, una amiga anciana cuyo esposo tomó su nombre para darse de alta en los foros de Rankia (ignoro el motivo concreto), nos permite utilizar la titularidad de esa cuenta de usuario, gentilmente.
Lo que te tiene que quedar claro (tanto a ti como a esos "corifeos" tuyos que te escriben), es que esta señora ni tiene conocimientos, tiempo y mucho menos, interés, para entrar a escribir aquí discutiendo tus "idioteces" contigo. Tan solo el marido de la misma (como perjudicado por un Banco que fue), ha llegado a intervenir ocasionalmente. Así es que cuídate bien de no faltar ni de amenazar a una persona mayor, con tu habitual desvergüenza y tu desparpajo insolente.