He leído todo lo que selía publicado sobre la gran manifestación habida el pasado sábado en Madrid y en mi opinión, este acto multitudinario y reivindicativo ha sido un grandísimo paso adelante a favor de todos los afectados por el caso filatélico, protagonizado por miles de personas que han salido democráticamente a la calle para pedir que se respete su derecho al ahorro y en defensa de lo que es legítimamente suyo. Yo me siento solidario con estas personas porque comprendo que mañana este mismo problema, si no protestamos y nos unimos para tener fuerza, nos puede pasar a cualquiera de nosotros.
Sin embargo, aunque el paso ha sido grande, lamentablemente los afectados por esta trama se encuentran al principio de una larga marcha por recuperar sus ahorros. Hace falta mucha unión y mucha cohesión para superar este trance, porque además al olor del problema han llegado oportunistas que ya han vendido al Estado los intereses de los usuarios afectados, al precio de dos miserables millones de euros, los cuales lanzan cantos de sirena y ofenden a los afectados acusándoles de padecer el Síndrome de Estocolmo porque no se conforman con las migajas que les tienen preparadas.
Hace falta mucha unión y cohesión para eludir la maledicencia, el tremendo egoísmo y la mas absoluta falta de solidaridad de alguna gente que se cree por encima de los afectados de la trama filatélica, creyéndose más listos porque ellos inviertieron en productos financieros, y que pretende minusvalorar la legitimidad de las justas reivindicaciones de miles de personas afectadas por una desidia administrativa tan manifiesta, como si mañana no les pudiera pasar lo mismo a ellos.
Hace falta mucha unión y cohesión para demostrar como se demoatró el pasado sábado en las calles del centro de Madrid que el silencio que pretenden imponer las fuerzas interesadas en tapar las responsadilidades existentes, no pasará. Los afectados por la trama filatélica tienen voz y tienen derechos, y tienen el derecho de exigir responsabilidades.