Bueno, vamos a ver: que España sea aún un país cutre lo indica el hecho de que bastantes establecimientos te pongan mala cara si pagas con tarjeta, o que directamente te digan que sólo aceptan cash (¡me pasó hasta en un concesionario Fiat!) o que, más raramente, te planteen rebajarte unos euros si les pagas en metálico.
En Estados Unidos, por ejemplo, podemos pagar con tarjeta hasta los centavos que se dejan en los urinarios.
El dependiente puede optar por varias estrategias: si factura mucho, puede negociar una rebaja de las comisiones con la entidad financiera; otra cosa que puede hacer es incrementar ese porcentaje sobre el precio del producto (como ocurre con el IVA) y así la comisión la paga el cliente.
Lo malo de no aceptar el pago mediante tarjeta es que se pueden perder clientes. En mi caso concreto, si alguien me dice que no las acepta y en ese momento no llevo cash, habitualmente me largo y paso de ir a buscar un cajero. Y no me da lástima ningún establecimiento por el hecho de que le cobren comisión. Nunca se debe sentir piedad por los mercaderes, pues a su vez nos crujen a los consumidores (ya en su día, Jesucristo los expulsó, y con razón, del templo).
S2.