Re: Los malvados especuladores. Carta abierta a inversores, traders y jugadores
Otra ,que puesta en situaciòn ,pierde todo el sentido. Un saludo
Otra ,que puesta en situaciòn ,pierde todo el sentido. Un saludo
No.. me refiero a cualquier tipo de trabajo como "una obligación".
El inversor, supongo que también se lo toma como un trabajo; al igual que ahora lo hace Scoral.
s2
Hoy puede ser un gran día, pero tb podría ser el último. Intenta... ser feliz.
simpre pense que las maquinas eran mejor que no tener nada ya que nos suprimirían la esclavitud al trabajo, pero visto lo visto... "mejona"...pues dejan de tener la utilidad divina que se le presuponía en el antiguo teatro griego...un abrazo.
el trabajo no hara libres...entre la verdad de la inteligencia y estos...la verdad la verdad me parece que me terminare yendo al monte...un abrazo.
ya ves que diseño, ahora para ganar el futuro nos dictan la receta del trabajo y la productividad, en fin como bien dice margrave,pero de la bolsa, una película mil veces repetida con distintos títulos...un abrazo
La especulación financiera se beneficia de la inestabilidad que genera bandazos de inflación y deflación. la inflación genera pérdida de poder adquisitivo a la gente, y la deflación le causa desempleo y menores salarios.
¿Cómo funcionan las burbujas especulativas?
https://www.rankia.com/blog/comstar/633228-como-funcionan-burbujas-especulativas
Hola Genoveva:
El test ya te decia, que tienes un inclinación limitada hacia la especulación (no salio tan mal el resultado despues de todo). El bote es un don que tenia Jesse Livermore, como pongo a continuación en un post largo pero imprescindible. Su habilidad era la citan, algo parecido.
En el lado del miedo, siempre perderas. Siempre. Un viejo dicho bursatil dice que "el que vende por necesidad, pierde por obligación".
Te dire quines son los que venden en la espantada: son dos tipos, uno es el que ha metido en el mercado el dinero que va a necesitar a corto plazo, para la hipoteca, educacion de los hijos, etc. Ese ha violado el primer mandamiento de las finanzas (nunca inviertas el dinero que vas a necesitar en el corto plazo). Su condena por tanto no tiene perdon ni apelación.
El segundo tipo es muchisimo más comun: es el jugador. Opera siguiendo a una masa, atraido cuando hay subidas y ganancias y aterrorizado cuando hay perdidas. Para el una acción es un número que sube o baja (como la loteria) y no le importa lo más mínimo la empresa que existe bajo esa acción. Cuando llega el gran pánico (los cracks y recesiones son eternos, llegan siempre), se produce una espantada hacia la puerta de salida.
Lo que diferencia a un profesional de un aficionado, es que el profesional nunca va a vender por miedo, y encajara esa pérdida (o bien, vende por calculo con un stop loss, pero ese es otro tema). Asume la perdida, el dolor y el haberse equivocado. Lee el post de Jesse que va a continuación.
Gracias a ti y saludos
“Memorias de un operador de bolsa”
Jesse Livermore, el Rey de la especulación
Jesse Livermore (1.877.1.940), nace de familia muy humilde, con una extraña habilidad: puede prever el comportamiento de las cotizaciones bursátiles, que en esa época se pasaban por una cinta continua (“la cinta”, pues no había ordenadores). A los 15 años tiene el ansia de un especulador compulsivo y gana sus primeros 1.000 $ apostando en la bolsa de Boston de finales del S. XIX, una cifra que su alucinada familia no ganaba en años de trabajo. Jesse recuerda a su madre diciéndole que debería guardarlo, y la preocupación de sus padres por él.
Con 15 años entra a trabajar de botones en una correduría de bolsa. Anota en una pizarra las cotizaciones. Pero el niño Jesse se da cuenta de que puede leer la cinta, y adelantarse a ella, “me divertía la idea de lograr algo usando tan solo mi cabeza, pues yo era lo único que tenía. O los precios se comportaban según mis cálculos cuando hice la apuesta, o en sentido contrario. Para mí no había nada más”. “Aprendí a reconocer la ocasión. Los de Wall Street, se creen obligados a operar en todo momento. Es imposible que alguien tenga una buena razón para comprar o vender valores todos los días, como no sea el obtener parte de sus comisiones de las pérdidas de clientes de pequeño patrimonio. El ansia por hacer algo les ocasiona graves pérdidas, e incluso los más veteranos están convencidos de que deben volver a casa cada tarde con dinero en los bolsillos, como si de un jornal se tratase” (Veis clara la opinión, que comparto, de que un day trader no es un especulador). “Un operador de bolsa tiene que vérselas con enemigos de toda clase, dentro y fuera de la profesión, y no siempre resulta fácil ni barato vencerlos”.
Nos dice Jesse “se dice que todas las monedas tiene dos caras, pero en la bolsa solo hay una, que además no corresponde a las opciones alcistas o bajistas, sino a las correctas”.
“Una agencia enviaba en un día 600 telegramas aconsejando comprar un valor, y 600 más a otros tantos clientes aconsejando su venta”. Todo eran jugadores. “¿Saben lo que me dijo: estos clientes jugadores van a perder su dinero de todos modos, compren lo que compren, como, donde o cuando. Entonces yo los perderé a ellos, así que lo mejor que puedo hacer es sacarles todo el dinero posible y luego buscarme otros”. Arramblaban con cientos de pequeños márgenes y nadie se salvaba: mujeres, maestros o ancianos. Nunca confiaré en ningún intermediario”.
“No hay que esperar ganar, en lugar de saber que se deber ganar porque se tiene razón” (latigazo a los jugadores. El especulador calcula siempre). “Hay que juzgar siempre, si vale la pena actuar o no. Lo único que no mienten son las matemáticas, porque no pueden”.
“Los avaros, con instinto de ahorrar, mueren asquerosamente ricos”.
“Sin fe en su propio juicio NADIE jamás ganará en bolsa. Se espera sin asomo de impaciencia y aceptado cualquier tropiezo, sabiendo que es temporal. He llegado a tener un descubierto de cien mil acciones, ver venir una gran subida, calcular que me ocasionaría una pérdida de un millón de dólares en mis beneficios, y sin embargo, mantuve mi posición observando como desaparecían la mitad de mis beneficios en el papel, sin considerar siquiera cubrir mis descubiertos para salir al mercado a buscar la subida. Sabía que si lo hacía, perdería mi posición y la certeza de DAR UN GRAN GOLPE. Esto es lo único que da dinero de verdad”.
“Nunca me impaciento cuando creo que tengo ¿razón, para qué?. Eso solo puede demostrarse ganando dinero”.
Pero Jesse tenía un amigo, corredor de bolsa. Había tomado posiciones masivas en la empresa Unión Pacific, principal ferrocarril Usa.
“Ed Harding quería hablar conmigo. Hola Ed.
¿Qué demonios te pasa, estás loco?
¿Lo estás tú, no tengo suficiente margen?
No es una cuestión de margen sino que eres bobo. La cotización sube ¿eh?. ¿No te das cuenta que los que tienen información privilegiada te la están endilgando?. No dejes que te enreden. Te divertirías más perdiendo el dinero apostándolo a las patas de los caballos. Estúpido, vende en seguida, antes de que explote, hay rumores de un fuerte terremoto en San Francisco, nadie sabe el estado de daños real de las infraestructuras ferroviarias ni de los almacenes de Unión Pacific.
Quede impresionado por las molestias que Ed se tomó conmigo, algo que nunca nadie había hecho antes. Seguí el consejo y en medio de una fuertísima subida de la cotización, vendí todas mis acciones de Unión Pacific. Pero para mí, si una posición larga era equivocada, no era inteligente, el no tomar una posición corta sobre ese valor. Vendí cuatro mil acciones de Unión Pacific al descubierto, la mayor parte a alrededor de 162”.
“El problema de los jugadores es que no les interesa que se les diga si un mercado es alcista o bajista, solo quieren que les digas a qué valor apostar. O sea, se trata de conseguir algo sin nada a cambio. Esas personas no quieren TRABAJAR, ni tener que pensar. Es demasiada molestia para ellos el tener que contar el dinero que recogen del suelo. Son ellos los perdedores de la bolsa”.
“Nunca me molesta una pérdida de varios millones de dólares cuando la tengo. La olvido de la noche a la mañana. Lo que me hace daño al bolsillo, y más al alma, es el haberme equivocado, no el tomar una perdida. Me fui a Florida a pescar en mi barco. La pesca era buena, no tenía ya valores bursátiles, mi mente estaba en paz, y solo en esos momentos lo pasaba bien”.
“A veces pienso que la especulación debe ser una especie de negocio poco natural, pues coloca la naturaleza del hombre en su contra. Perdemos más de lo debido por la esperanza. Y cuando el mercado no nos favorece, tenemos miedo y salimos, perdiendo dinero. Son sentimientos del hombre, pero no del especulador. No entres en mercados jamás con ellos. Los mayores enemigos están dentro, son la avaricia, el miedo y la esperanza. Este último es el peor de todos ellos”.
“El dinero que un hombre pierde, no es nada pues lo puede recuperar, pero una oportunidad extraordinaria, de las pocas que da el mercado, nunca la recuperaras. Hay momentos en los que un especulador, simplemente no puede, no ganar dinero. Igual que el que sale a la calle un día de lluvia, no puede esperar el no mojarse. Eso sucede, por ejemplo, en los mercados fuertemente alcistas”-
“Cualquier inexperto, que piense jugar a la bolsa sus ahorros, debería desconfiar de esas personas que de manera presuntamente desinteresada quieren convencerlo de algo”.
Bueno resulta interminable toda la recopilación de los personajes del mercado, especulaciones en materias primas, enfrentamientos bursátiles, de los siglos XIX y XX que se narran. Pongo el último ya que la extensión no puede adaptarse al formato de foro. Habíamos dicho ya lo del suicidio con un revolver en un Hotel de New York, tras una debacle en US Steel.
“Después de pagar completamente todas mis deudas, coloque una cantidad bastante grande en anualidades, en el banco JP Morgan. Decidí que nunca más iría corto de dinero, ni me sentiría incomodo, ni me quedaría sin capital. Al casarme había abierto un fondo a nombre de mi esposa, donde puse también dinero, y luego cuando nació nuestro hijo, puse dinero en otra cuenta a su nombre. La razón por la cual lo hice, no fue solo el temor a que el mercado bursátil me lo quitara, sino porque sabía que un especulador es capaz de gastarse todo el dinero que caiga en sus manos. De ese modo, mi mujer y mi hijo quedaban a salvo de mí. El fondo permanece intacto… no quiero correr ningún riesgo”.