RELIGION. Hola Gfierro, evidente y brillante, como siempre. En España, la cultura económica ha sido lastrada por una fuerte carga. El catolicismo, interpretó erróneamente la riqueza como algo malo (voto de pobreza) y condenó a los ricos (mientras les cobraba el diezmo y las indulgencias). A ello se unió naturalmente la envidia de las poblaciones, para crear un clima social hostil a la empresa, asociado también a posiciones políticas de izquierdas. Si un futbolista gana dinero, está muy bien, pero que no lo vaya a ganar un banquero?. Sin embargo anglosajones y alemanes encontraron en el protestantismo una mejor acogida para la prosperidad y las empresas. Y no hablamos ya de Calvino, y la banca Suiza, con la legitimación del interés. Hay por tanto un trasfondo de base religiosa, en esa inclinación de condenar el dinero, pero ¿es real?. Depende, del enfoque. Los talentos.
"En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: Un hombre que se iba al extranjero llamó a sus siervos y les encomendó su hacienda: a uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada cual según su capacidad; y se ausentó. Enseguida, el que había recibido cinco talentos se puso a negociar con ellos y ganó otros cinco. Igualmente el que había recibido dos ganó otros dos. En cambio el que había recibido uno se fue, cavó un hoyo en tierra y escondió el dinero de su señor. Al cabo de mucho tiempo, vuelve el señor de aquellos siervos y ajusta cuentas con ellos. Llegándose el que había recibido cinco talentos, presentó otros cinco, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes otros cinco que he ganado. Su señor le dijo: ¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Llegándose también el de los dos talentos dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes otros dos que he ganado. Su señor le dijo: ¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Llegándose también el que había recibido un talento dijo: Señor, sé que eres un hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste. Por eso me dio miedo, y fui y escondí en tierra tu talento. Mira, aquí tienes lo que es tuyo. Mas su señor le respondió: Siervo malo y perezoso, sabías que yo cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí; debías, pues, haber entregado mi dinero a los banqueros, y así, al volver yo, habría cobrado lo mío con los intereses. Quitadle, por tanto, su talento y dádselo al que tiene los diez talentos. Porque a todo el que tiene, se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Y a ese siervo inútil, echadle a las tinieblas de fuera. Allí será el llanto y el rechinar de dientes (Mateo 25, 14-30).
Para los protestantes anglosajones y alemanes, el dinero y la prosperidad no son el mal en sí mismos. Al contrario, son un instrumento del bien. El principio del puritanismo americano, es que “el dinero no debe emplearse para hacer el mal”. Y por eso Margaret Tatcher dijo en su dia: “El buen samaritano no solo tenía buenas intenciones, también tenía dinero”. Pero luego, frente a esto, tenemos la postura contraria, la del avaro Craso, para los que el dinero es todo, entonces ya solo hay dinero. El punto equilibrado se encuentra en el medio, el dinero es fuente de prosperidad en Occidente, pero no deja de ser un instrumento económico, más, no sustituye a los valores de las personas, y no debe ser usado para el mal. Esa es mi postura. Saludos