El barril de crudo Brent, de referencia en Europa, lleva por debajo de los 30 dólares desde hace tres días, cotiza a 29,8 dólares, pero lleva instalado por debajo de los 45 dólares desde el pasado 26 de noviembre de 2015, según cifras de Reuters. Un dato positivo para la economía española, ya que según cálculos de Funcas una caída del 10% del precio del petróleo en euros supone dos décimas más de crecimiento. Pero no tan bueno para las petroleras, que ven como menguan sus márgenes y ponen en aprieto a sus accionistas.
Este es el caso de Sacyr, que solo en el arranque del año pierde ya un 22% de su valor en Bolsa, ante su exposición al precio del crudo a través de su participada Repsol, entre otras. Según explica Bankinter en su blog de análisis, “el 8,73% que posee Sacyr en Repsol tiene un valor de mercado de 1.061 millones de euros, inferior al valor del 100% de Sacyr en Bolsa que es de 737,9 millones de euros”. Es decir, hay una diferencia de un 30%, más de 300 millones de euros, entre el valor de la participada y la propia empresa.
Desde el banco no dudan en que esto es responsabilidad de la propia Sacyr y señala dos focos de preocupación: por un lado, las dudas sobre algunos proyectos en el Canal de Panamá, y por otro, su elevado endeudamiento que es de 4.224 millones de euros o de 2,18 veces su patrimonio. Dudas, que a priori vuelven a abrir el melón de la refinanciación de deuda.
Una deuda que hasta el momento Sacyr ha pagado gracias, en parte, al dividendo de Repsol. Sin ir tan lejos, hace una semana cobró 57 millones de euros precisamente de ese pago a los accionistas. Por su parte, hoy se ha conocido que el consejo de administración, que incluyen a Antonio Brufau, Josu Jon Imaz, Isidré Fainé o Manuel Manrique, han optado por cobrarlo en acciones.