La modificación de los estatutos sociales a la que Brookfield está planteándose condicionar su oferta pública de adquisición (opa) sobre Grifols para abaratar el coste de la operación, aún en fase de análisis, ha generado un clima de alarma entre algunos de los principales hedge fund que operan en Londres.
La posibilidad de que el inversor canadiense pague un precio diferente por las acciones de clase A y B de Grifols -a través de ese cambio estatutario- tiene preocupados a algunos inversores internacionales que han ido comprando títulos de la segunda categoría y vendiendo los de la primera, con la expectativa de que la contraprestación pudiera ser la misma y sus cotizaciones se igualaran, como prevén los estatutos en caso de opa.
Fuentes de algunos de esos hedge fund cazaopas se mostraban ayer sorprendidos de que puedan ser modificados los estatutos de Grifols para que no haya que pagar el mismo importe, como avanzó EXPANSIÓN, aunque se trata de un extremo que está respaldado por la legislación española.
Normativa
Por un lado, el decreto-ley de opas permite condicionar una oferta a una modificación estatutaria, algo que se incluyó en la normativa tras la guerra por el control de Hidrocantábrico, eléctrica que tenía limitado el voto al 10% en sus reglas internas. Más adelante, los oferentes por Endesa y Altadis incluyeron esa condición en sus respectivas propuestas de adquisición.
Además, la misma norma solo exige el pago de la misma contraprestación a las diferentes clases de valores de una empresa si tienen las mismas características, algo que no se da en Grifols donde las acciones B no tienen derechos de voto, aunque sí un dividendo preferente.
Según el decreto-ley, "las ofertas públicas de adquisición podrán formularse como compraventa, como permuta o canje de valores o como ambas cosas a la vez, y deberán asegurar la igualdad de trato de los titulares de valores que se encuentren en iguales circunstancias".
Además, se indica que el folleto de la oferta debe recoger "la contraprestación ofrecida por cada valor o clase de valores y forma en que se hará efectiva", sin especificar que deba ser la misma.
No obstante, hace falta una mayoría de acciones de clase B para facilitar ese cambio de estatutos en Grifols. Desde algunos fondos apuntan a que, si el descuento planteado respecto a los títulos de clase A no es muy elevado y les compensa desde el punto de vista económico, podrían votar a favor de la modificación para evitar que decaiga la opa.
También hay inversores con ambas clases de acciones que podrían votar a favor del cambio estatutario con sus títulos con el objetivo de que salga adelante la eventual oferta de Brookfield.
En todo caso, el inversor canadiense y la familia fundadora, que planean lanzar la opa de forma conjunta, tendrán la posibilidad de mejorar los precios o retirar las condiciones hasta el final de la posible oferta.
Se desconoce quiénes son los titulares de las acciones B de Grifols, pues al no contar con derechos de voto no forman parte de los registros públicos de la CNMV.
Algunos fondos que declararon posiciones en acciones de clase B de Grifols a cierre de junio, antes de trascender el interés de Brookfield, son Brandes, Permian, Flat-Footed o Cobas.
Caída bursátil
Estos títulos se desplomaron ayer un 7,25%, hasta los 7,8 euros, tras publicar este medio que Brookfield está evaluando condicionar su eventual opa al cambio de estatutos. Las acciones de clase A, por su parte, cayeron un 2,53%, a 9,52 euros, por lo que la brecha entre ambos títulos se ha ensanchado hasta el 22%. Sin embargo, la prima de las A sobre las B tradicionalmente se ha situado entre el 30% y el 40%.