Bueno, está claro que no estamos de acuerdo en eso.
Pero bueno, da igual, cada uno tiene, como un estómago, una opinión de la vida.
Personalmente, tampoco me importa mucho, más bien nada, lo que piensan los demás en temas sujetos a los efectos de la disonancia cognitiva, que todos manifestamos, como la política, la espiritualidad y todo eso que, en muchas ocasiones, forma una parte integral de cómo somos y nos definimos.