Desaparece telefonica digital
El consejo de administración de Telefónica aprobará hoy un cambio radical en la organización de la compañía con el objetivo de conceder la máxima relevancia y poder a los gestores locales. De esa forma, los responsables de los principales países reportarán directamente al consejero delegado, José María Álvarez Pallete, en lugar de a sus responsables de Europa o Latinoamérica, como sucedía hasta la fecha.
La eliminación de los puestos intermedios deja fuera del órgano ejecutivo a los presidentes de Telefónica Europa, Eva Castillo, y de Telefónica Latinoamérica, Santiago Fernández Valbuena. Al mismo tiempo, Telefónica vuelve por sus pasos respecto a la división de Telefónica Digital, dirigida por Mathew Key, que también se borra del mapa.
El nuevo organigrama, que la pasada madrugada adelantó elPais.es, mantiene otros negociados ya existentes, como Telefónica Recursos Globales, liderado por Guillermo Ansaldo, que ahora abarcará nuevas competencias en cuanto a sinergias y grandes alianzas internacionales.
La reorganización de los primeros escalones de Telefónica confirma el interés de César Alierta, presidente de la compañía, por impulsar los negocios locales, escenario donde se brega la mayor batalla competitiva.
A partir de ahora, los 'country managers' de los principales mercados gozarán de un mayor peso en la toma de decisiones. Es el caso de Telefónica Europa, presidido por Luis Miguel Gilpérez, así como Telefónica Brasil (con Antonio Carlos Valente), Telefónica Alemania (Rachel Empey, tras la reciente salida de René Schuster) y Telefónica Reino Unido (Ronan Dunne). Todos ellos tendrán línea directa con el también reforzado número dos de la compañía, Álvarez Pallete.
El movimiento estratégico de Telefónica sorprende al mercado con la desaparición de Telefónica Digital, una división diseñada para responder a los nuevos cambios de un mercado liderado por gigantes como Google, Facebook o Apple. Originalmente, Telefónica Digital esparaba generar unos ingresos anuales de cerca de 5.000 millones de euros para la corporación en 2015, con una tasa media anual de crecimiento de los ingresos del 20% en el periodo 2011-2015, al margen de los beneficios que pudiera crear en las operaciones del grupo.
Entre los efectos colaterales de la reorganización destaca la concentración geográfica de la funciones y estrategias de Telefónica en su sede central madrileña, en detrimento de los hasta ahora cuarteles generales de Sao Paulo (Brasil) y Londres (Reino Unido).