A ver, es normal que después de lo que salió en El País haya 300000 títulos a la venta y apenas haya gente que quiera comprar. De hecho me sorprende que haya 22000 títulos comprados hoy. Yo, si quisiera entrar, esperaría a ver que los volúmenes se igualaran y ahí me lo plantearía. ¿Para qué entrar a 1,7 si quizá puedo entrar a 1,2 o muy probablemente más abajo? Porque no es de esperar que mañana haya una enorme presión compradora y se me escape la oportunidad... No me extrañaría que incluso los que estén comprando sean los de la empresa, porque hay que tener mucha fe para meterse a la compra en este contexto.
Así que en mi opinión que caiga a este ritmo es completamente normal, porque hay mucha gente que quiere salir. Pero no olvidemos que esa gente que ahora quiere salir no sabe ni porqué entró. Porque como decía ayer los datos estaban ahí. Sí, vale, lo del Empire State no, pero vamos, la empresa estaba completamente sobrevalorada en su precio de salida. Pero si en el MAB no saben (o no quieren) contar ni con los dedos, ¿qué culpa tiene Facephi? Cualquiera de nosotros va a vender su Volkswagen Polo, lo lleva a la tienda y le dicen que puede pedir 700000 euros por él, y dice... "pues si me los dan bienvenidos sean!". La culpa no es de ellos, es de los que dijeron "de 700000 euros nada, toma millón y medio, que Volkswagen hace buenos coches". Y sí, es cierto, Volkswagen hace buenos coches. Pero eso no quiere decir que no haya que mirar cuanto te están pidiendo por él. Pues Facephi era una apuesta de futuro, como dijeron. Sin facturación en el presente, como dijeron. Sin un solo contrato, como dijeron. Y como los propios compradores dijeron, a la espera de la caída de la primera ficha de dominó, una apuesta de todo o nada. Y en eso no han cambiado el discurso.
Facebook salió sobrevalorada. Había muchas expectativas sobre ella. ¿Y qué pasó? Pues que los inversores dijeron "esta empresa no vale 38$ por acción". Y desde la salida llegó a perder un 50% hasta que empezó a recuperar, y tardó un año en alcanzar el precio de salida. Facebook sigue ahí pero en aquel entonces no valía eso y el mercado lo reflejó. Aquí, como preferimos soñar a leer, nos venden la ilusión. Y como la ilusión no tiene precio, pagamos lo que nos pidan. Y ahora a pedir explicaciones al proveedor de ilusión. Eso tampoco es. Hay que pedir explicaciones a quien firma esa valoración, a esos que decían que valía entre 10 y 100 millones. Como si vas a comprarte un IPhone, preguntas el precio y te dicen "pues está entre 1000 y 10000 euros...", vamos, que no hay diferencia. Ese cero de más suponía una diferencia de 90 millones de euros. Hay que pedir explicaciones al mercado que acepta esa entrada a ese precio. Y hay que pedir explicaciones a los medios que dieron bombo a la salida sin dedicar ni 10 minutos a mirar las cuentas. Los mismos que tras el publirreportaje ahora no dicen ni media. Y ojo, que yo no soy economista, no hacía falta ser ningún experto para verlo. Y finalmente hay que pedirse explicaciones a uno mismo. Nos pasamos horas mirando si elijo este hotel en booking o este otro porque hay una diferencia de 10 euros la noche y resulta que meto mis ahorros en el mercado secundario sin saber lo que estoy comprando. Mientras nos dediquemos a culpar a los demás en lugar de asumir la responsabilidad sobre nuestras decisiones es imposible que aprendamos de los errores, porque siempre estaremos a merced de lo que consideraremos los errores de los demás.