1. Balance saneado. El nivel de liquidez y solvencia es muy elevado. A pesar de la actual situación, la aerolínea cerró con 9300 millones de caja, tras realizar la ampliación de capital, y con niveles de caja al cerrar el año todavía altos, en el entorno de los 8500 millones.
2. Valoración atractiva. El valor contable es de 0,5x. En el año acumula una caída cercana al 60 % en el parqué, que sigue siendo muy elevada y que no recoge las fortalezas que tiene todavía IAG.
3. Air Europa. Su compra logrará crear sinergias destacadas y aumentar todas sus rutas. El precio que se abonará será muy inferior al inicialmente negociado. Alguna noticia en prensa afirma que el precio final se acercará a los 400 y no los 1000 millones de euros previstos inicialmente.
4. Consolidación del sector. Es uno de los más castigados por la pandemia, con reducciones del 88 % en el tráfico aéreo e impacto de más de 100 000 millones de dólares de pérdidas, según la IATA. Si alguna compañía, actualmente muy endeudada desaparecería, IAG tendría una posición más dominante, lo que favorecería al negocio de la aerolínea cotizada en el Ibex 35.
5. Expectativas futuras. Los niveles de demanda deben ir aumentando progresivamente a medida de que se recupere la confianza. Aunque lo harán de manera lenta, será en el 2024 cuando la cotizada podrá recuperar los niveles de viajeros previos a la crisis.
No importa lo fuerte que pegues, lo importante es mantenerse en pie.