La intención de los políticos hoy día, de la UE, y de los EEUU, es que todo el mundo esté obligado a vivir a crédito, quieran o no, y tengan que pagarlo todo en (in)cómodos plazos, con sus vidas hipotecadas a 30 años. Adiós a la libertad!
De hecho, el coronavirus ha propiciado una oportunidad única para devolverle el poder a los consumidores, para guardarse la cartera un añito a ver qué pasa. Estos días de confinamiento vienen bien para replantearse el sentido de esta absurda sociedad de consumo.