La tercera ola de la pandemia causa un aumento asombroso de las exportaciones en China
Mientras el resto del mundo sufre las consecuencias del Covid y las economías occidentales están tremendamente resentidas, China se encuentra ante un aumento increíble de su producción y con problemas para encontrar personal cualificado con el que hacer frente a la gran demanda. La recuperación de la industria manufacturera de China, impulsada en parte por la demanda relacionada con la pandemia en el extranjero, ha superado con creces las expectativas de este año.
Gran parte del auge de fabricación ha venido de la demanda extranjera, y el crecimiento de las exportaciones ha superado las expectativas para ocho de los últimos nueve meses.
La producción de robots industriales, equipos informáticos y circuitos integrados en el país se ha recuperado de su parálisis por el coronavirus: la producción del año hasta noviembre ha aumentado un 22,2%, 10,1% y 15,9% en dicha áreas respectivamente.
El notable cambio se produce en un momento en que el gobierno comunista China anuncia que ha erradicado en gran medida el virus, lo que contrasta con la lenta remontada que se observa en los principales países industrializados, donde las fábricas siguen luchando contra las interrupciones de la pandemia y el efecto sobre la demanda. La cuota de exportación global de China aumentó a más del 13% en el segundo y tercer trimestres desde el 11% del año pasado, según Nomura, la más alta de cualquier trimestre desde al menos 2006, cuando el banco de inversiones comenzó a recopilar los datos.
Esta facilidad para producir del páis asiático no es de extrañar teniendo en cuenta que China cuenta con un banco central que avala todas las operaciones de las empresas. Desde el propio Banco Popular de China han anunciado que aumentará su respaldo financiero a los sectores clave y los eslabones débiles de la economía. También han comunicado que guiarán a las instituciones financieras para que aumenten el crédito para sectores como la innovación tecnológica, el desarrollo verde y las manufacturas.
Mientras los estímulos de emergencia en Estados Unidos y Europa inyectaban dinero en las carteras de los consumidores, la lucha por contener el virus en esos mercados disparó la demanda tanto de equipos de protección individual (EPI) de fabricación china como de aparatos para los occidentales que se quedan en casa.
Los datos del Gobierno comunista chino muestran que en noviembre había más personas empleadas en el sector industrial de la ciudad de Jinhua, que comprende el centro de exportación oriental de Yiwu, que las que había en cualquier momento desde finales de 2017.
“Despedimos a unos 50 trabajadores en la primera mitad, y ahora con el aumento de los pedidos, estamos cortos de personal y no podemos seguir aumentando la producción”, dice Deng Jinling, que es propietaria de una fábrica de frascos térmicos en Yiwu, que vende a Oriente Próximo, Estados Unidos y Europa.
“Intentamos contratar docenas de trabajadores temporales pero no son suficientemente buenos”, dijo Deng.
Algunos trabajadores que ella despidió han conseguido trabajo en su país y no están dispuestos a viajar de vuelta a pocos meses antes de las próximas vacaciones del Año Nuevo Lunar en febrero.
Sin embargo, con los clientes pisándole los talones, Deng compró dos líneas de producción automatizadas a finales de noviembre para aumentar la eficiencia.
“Nunca habíamos pensado en hacer esto antes, pero este año hemos estado tan ocupados y hemos agotado nuestras opciones”, dijo. “Una línea de producción automatizada equivale a 10 trabajadores.”