Diez valores del S&P 500 pesan un 29%, la mayor concentración en 50 años
A comienzos del siglo XXI las diez cotizadas más importantes del índice pesaban un 23,5% y cinco años antes la ponderación se moderaba al 17,7%. Hay que retroceder a 1932 para encontrar una compañía que pesara más de un 10%. Es el caso de la teleco AT&T que ese mismo año alcanzó el 13%, frente al 7% que registró IBM en 1970.
Gran parte de las subidas del S&P en lo que va de año (9,7%) están soportadas por las tecnológicas. De las 10 firmas que más ponderan en el índice, siete forman parte este sector.
El protagonismo de las tecnológicas contrasta con la desaparición de los bancos del ranking de las firmas con más peso. En 2020, el año de la pandemia, JP Morgan logró colarse con un exiguo 0,9%, frente al 3,7% que llegaron a ostentar Citigroup y Bank of America en 2005, antes la crisis financiera.
Solo Apple y Microsoft capitalizan más de dos billones de dólares cada una. Tras anotarse más de un 36% en el año, el gigante de la manzana revalida su puesto como la firma más valiosa del mundo con 2,78 billones. Un escalón por debajo se cuela la empresa que pilota Satya Nadella. Microsoft avanza en Bolsa un 37% en lo que va de año y su valor alcanza los 2,4 billones.
Por encima de la barrera del billón de dólares se cuelan Google y Amazon. El buscador ya superaba esta cota a cierre de 2022 pero tras anotarse un 39% en cinco meses amplía su capitalización a los 1,57 billones. Es decir, es la cuarta empresa más valiosa del mundo, solo superada por las ya mencionadas Apple y Microsoft y la saudí Aramco. El gigante de la distribución online, Amazon, ha ampliado su valor en 363.000 millones, hasta los 1,24 billones.
Las dos cotizadas con más peso en el S&P 500 que escapan a las ganancias en los cinco primeros meses del año son la petrolera ExxonMobil (-2,7%) y la asegura de salud UnitedHealth (-4%). Es decir, las dos únicas firmas que no forman parte del sector tecnológico. ExxonMobil, que en el año pasado se vio beneficiada por el aumento de los precios energéticos, ahora consolida los niveles con la caída de los precios del crudo ante las expectativas de una menor demanda.