La eurozona emite más señales preocupantes: los préstamos y el crecimiento del dinero aflojaron más de lo previsto en julio
Los datos monetarios y crediticios de la eurozona relativos a julio y publicados este lunes han sorprendido a la baja, mostrando que el año de intensas subidas de los tipos de interés está teniendo efecto y que el horizonte económico no es el mejor. A corto plazo, la duda será si estos datos, sumados a otras métricas como los malos índices de gestores de compras
(PMI) adelantados de agosto, disuaden al Banco Central Europeo (BCE) de volver a subir los tipos en 25 puntos básicos en su reunión de septiembre. Las cifras de inflación de agosto, que se publicarán esta semana, podrían decantar la balanza.
En el informe publicado por el BCE se aprecia como todas las medidas clave en términos de préstamos y agregados monetarios han empeorado más de lo esperado por el consenso. Los préstamos a los hogares se desaceleraron 0,4 puntos porcentuales hasta el 1,3% interanual, el nivel más bajo desde noviembre de 2015, impulsados principalmente por la debilidad de los préstamos para la adquisición de vivienda, mientras que los volúmenes de préstamos a las sociedades no financieras se redujeron 0,8 p.p. hasta el 2,2% interanual.
Además, el crédito al sector privado está a punto de estancarse en términos secuenciales, lo que se interpreta como una señal de que las tasas de crecimiento anual van a seguir desacelerándose en los próximos meses, a pesar del pequeño repunte de julio. Los préstamos bancarios al sector privado crecieron un 7,1% interanual en septiembre del año pasado, pero volvieron a caer a solo el 1,6% en julio. Esto se ha debido al fuerte descenso del endeudamiento del sector empresarial y a una tendencia a la baja constante del endeudamiento de los hogares, que se destina principalmente a hipotecas.
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