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Pulso de Mercado: Intradía

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Pulso de Mercado: Intradía
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#287161

Re: Pulso de Mercado: Intradía

Pero cual ha sido el motivo de que Meta ingresara tanto.¿ Que es lo que le ha ido bien ?
#287162

Re: Pulso de Mercado: Intradía

Meta 
Ni idea. Puede que las siguiente frase haya generado cierta euforia al mercado.




“”Hemos avanzado mucho en nuestra visión de avanzar en la inteligencia artificial y el metaverso””


carlos M

#287164

Re: Pulso de Mercado: Intradía

Apple va a restar muchos puntos porque baja un -3%. Si se hubiera puesto en verde como Amazon o Meta, la subida de hoy del NASDAQ podría ser grosera....

"Lo que todo el mundo sabe en la Bolsa a mí ya no me interesa" André Kostolany

#287165

Re: Pulso de Mercado: Intradía

Como dijo una vez un presidente del F.C Barcelona: 

!Al loro!


#287166

Re: Pulso de Mercado: Intradía

CaixaBank ganó 4.816 millones en 2023, un 54% más, y pagará un dividendo de 2.890 millones


El banco alcanzará el reparto de un 60% del beneficio con un abono en efectivo de 0,3919 euros por acción en abril. Y anuncia un nuevo plan de recompra para 2024

Madrid / Valencia - 02 FEB 2024 - 06:53 CET

Exterior de la sede de CaixaBank, en Madrid.PABLO MONGE (CINCODIAS)
Exterior de la sede de CaixaBank, en Madrid.PABLO MONGE (CINCODIAS)

La gran banca española está en la cresta de la ola. CaixaBank cierra la ronda de presentación de las mayores entidades del país (de las del Ibex, solo falta Unicaja) con unos beneficios de 4.816 millones de euros durante 2023, un 53,9% más que el año anterior, según ha comunicado este viernes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Un resultado que queda solo por detrás del cosechado en 2021, cuando ganó 5.226 millones, aunque entonces debido a los extraordinarios de la fusión con Bankia.

Además, el grupo catalán ha anunciado la distribución de un dividendo en efectivo de 39,19 céntimos de euros brutos por acción, con cargo a los beneficios del año pasado, que se pagarán en abril, según acordó este jueves el consejo de administración. “La aprobación de este dividendo por la junta general de accionistas, en su caso, así como las condiciones específicas del pago, se comunicarán oportunamente al mercado”, afirma en el banco en una nota. 

Con este abono, destinará el 60% de las ganancias netas consolidadas del ejercicio 2023 a remuneración a sus accionistas, en línea con la política de dividendos fijada por CaixaBank. “Este modo único de hacer banca permite al consejo de administración proponer el pago de un dividendo de 2.890 millones de euros, de los que la mitad revertirán en la sociedad a través de la Fundación “la Caixa” y del FROB”, asegura José Ignacio Goirigolzarri, presidente de la entidad, en el comunicado. Para este año, el nuevo plan de dividendos consistirá en el reparto de entre un 50% y un 60% de las ganancias, que se abonará en dos pagos en efectivo: uno a cuenta en noviembre (“entre el 30% y el 40% del beneficio neto consolidado correspondiente al primer semestre de 2024″, añade la nota) y otro complementario en abril de 2025.

A los dividendos del grupo hay que añadir un nuevo plan de recompra de acciones propias durante el primer semestre de este año “con el objetivo de acercar la ratio CET1 a cierre de 2023 al 12%”. Dado que ha cerrado el ejercicio con una ratio del capital de máxima calidad del 12,4%, esto supone un exceso de capital de unos 880 millones de euros. “Se informará oportunamente de los detalles específicos de la recompra de acciones, incluyendo su importe máximo, una vez obtenida la autorización pertinente”, zanja la entidad.

De vuelta a los resultados de 2023, los números del sector financiero español son de récord gracias, en gran medida, al viraje de la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) desde julio de 2022, cuando el organismo comenzó una fulgurante subida de tipos de interés. Esto ha sido una inyección para las entidades nacionales. En el caso de CaixaBank, su margen de intereses repuntó en el año un 54,3%, hasta los 10.113 millones. Esto se explica por el acelerón de los ingresos tras actualizarse las cuotas de los préstamos a tipo variable, por ejemplo las hipotecas vinculadas al euríbor.

En las comisiones netas la evolución ha sido la contraria. Con la recuperación de los ingresos recurrentes, las entidades han retirado buena parte de las comisiones que impusieron durante la era de tipos negativos, una de las pocas formas que encontraron de mantener algo de rentabilidad en su negocio. En concreto, las comisiones netas de CaixaBank bajaron un 5,1% en el ejercicio hasta los 3.658 millones de euros.

Con estas dos partidas, tanto el margen de intereses como las comisiones netas cosechadas en el negocio bancario en España, se calcula el pago del impuesto extraordinario al sector. En un principio era temporal, para dos años, pero el Gobierno ya lo ha prorrogado un ejercicio más con el compromiso de hacerlo permanente (falta por ver si acepta alguna modificación).

Por este concepto, CaixaBank abonó 373 millones el año pasado, una cifra que escalará con fuerza en este ejercicio en paralelo al incremento registrado en el margen de intereses en el mercado español.

Por otra parte, los costes de explotación también han crecido por la presión de la inflación y las mejoras salariales, aunque a menor ritmo que los ingresos. En concreto, los gastos avanzaron hasta los 5.812 millones, un 5,2% más. Así, el grupo catalán mejora su ratio de eficiencia en algo más de nueve puntos porcentuales hasta llegar al 40,9% (cuanto más baja, mejor). Los expertos consideran que un banco empieza a ser eficiente cuando este indicador está por debajo del 50%.

Repunte de la rentabilidad


En rentabilidad, CaixaBank ha mejorado de forma notable su retorno sobre el capital tangible (ROTE) al situarlo en el 15,6% (el ejercicio 2022 lo cerró en el 9,8%). Mientras que la solvencia también ha crecido: la ratio de capital CET1 fully loaded, el de máxima calidad, escaló hasta el 12,4%. 

En cuanto a la tasa de impagos, uno de los principales termómetros de la banca para detectar el inicio de las crisis financieras, se mantiene estable en niveles bajos. El grupo que preside José Ignacio Goirigolzarri cerró 2023 con una morosidad del 2,7%, al mismo nivel que 12 meses antes y por debajo de lo registrado en el sector: según los datos del Banco de España, la mora se situó en el 3,57% en noviembre, muy lejos del 13,62% que alcanzó durante la Gran Recesión, en diciembre de 2013. Además, la tasa de cobertura de CaixaBank para cubrir esos créditos impagados asciende al 73%, un punto porcentual por debajo del cierre del ejercicio pasado.

Sobre a la financiación concedida a clientes, al igual que ocurre con el sector en su conjunto, el grupo catalán ha bajado en volumen: la cartera de crédito sana se sitúa en los 344.052 millones de euros, lo que supone una caída del 0,4% en 2023. El retroceso se debe principalmente a las hipotecas, que caen un 1,2%. No obstante, esa bajada ha sido parcialmente compensada por la producción de crédito a empresas y préstamos al consumo. En número de clientes, CaixaBank cerró el ejercicio con 20,1 millones.

El ejercicio ha sido de récord para el sector financiero en su conjunto, que además apunta alto para este 2024 y esperan nuevas mejoras de beneficios. Eso sí, mucho más tímidas. Prevén que el margen pueda mejorar, aunque a mucho menor ritmo, y creen que se contendrán los costes como para cosechar un año de nuevas alzas.

Entre otras cosas, gracias a que queda todavía una parte de los préstamos por subir algo su cuota, ya que se actualizaron a un nivel de euríbor todavía inferior al actual. Sin embargo, la mayoría de la cartera ya lo ha hecho y se espera que conforme pasen los meses la tendencia será la de mantener el nivel de ingresos o incluso que haya un pequeño decremento.

#287167

Re: Pulso de Mercado: Intradía

El pinchazo inmobiliario deja un reguero de pérdidas en bancos de todo el mundo


New York Community Bancorp, el japonés Aozora y Deutsche Bank han dotado provisiones por la depreciación de préstamos para oficinas

Un cartel de alquiler en un edificio de oficinas en Arlington, Virginia (Estados Unidos).SAUL LOEB (AFP)
Un cartel de alquiler en un edificio de oficinas en Arlington, Virginia (Estados Unidos).SAUL LOEB (AFP)


La fuerte depreciación del mercado de oficinas en Estados Unidos está provocando una sangría en entidades financieras de todo el mundo. Tras la pandemia del Covid-19, el teletrabajo se impuso en muchos sectores, vaciando edificios desde Los Ángeles a Nueva York. Muchos de estos rascacielos eran propiedad de fondos de capital riesgo y fueron adquiridos con financiación, que se ha encarecido. Los bancos que prestaron el dinero están reconociendo en sus cuentas que no van a recuperar todo y se están anotando fuertes pérdidas. En Europa, la situación no es tan grave, pero los fondos inmobiliarios afrontan este año refinanciaciones por valor de 200.000 millones de euros y hace dos meses se produjo la mayor insolvencia de una inmobiliaria europea desde 2008, el grupo Signa.

Aunque el problema lleva coleando meses, el miércoles saltaron varias alarmas. Las acciones del pequeño New York Community Bancorp (NYCB) se desplomaron un 38% cuando comunicó al mercado que iba a disparar las provisiones para morosidad de préstamos en el sector inmobiliario. En el último trimestre, el banco registró unas pérdidas de 252 millones de dólares, frente a un beneficio neto de 207 millones de dólares en los tres meses anteriores. Ayer, volvieron a caer sus acciones.

La gran duda que se extiende por los mercados financieros es si estos problemas podrían expandirse a otras entidades norteamericanas, como ocurrió el año pasado con la caída de Silicon Valley Bank, Signature Bank y First Republic Bank. En esos casos, su mayor problema provenía de la fuerte depreciación de su cartera de bonos soberanos. El miércoles, el índice KBW de banca regional registró su peor día desde el rescate de Silicon Valley Bank en marzo del año pasado, con una caída del 6%.

Horas después de que se conocieran las turbulencias de NYBC la crisis cruzó el Pacífico. Un pequeño banco nipón, el Aozora Bank, con sede en Tokio, se sumó al nerviosismo inmobiliario al advertir de una pérdida vinculada a las inversiones en inmuebles de Estados Unidos. Sus acciones se desplomaron un 22%. El banco, el decimosexto más grande de Japón por valor de mercado, anunció unas pérdidas de 28.000 millones de yenes (191 millones de dólares), frente a su anterior previsión de 24.000 millones de yenes de beneficios. ¿El motivo? Sus préstamos a fondos inmobiliarios estadounidenses.

De Asia a Europa


Esas ondas sísmicas llegaron después a Europa. En su presentación de resultados, el gigante alemán Deutsche Bank comunicó que ha tenido que cuadriplicar las provisiones para cubrirse ante la morosidad creciente en fondos inmobiliarios norteamericano, hasta los 123 millones de euros. En un informe del Banco Central Europeo (BCE) publicado en noviembre ya se advertía de que “la empresas inmobiliarias son vulnerables a las pérdidas en el entorno actual de tipos de interés más altos, con consecuencias para las carteras de préstamos de los bancos”.

José Cloquell, responsable de activos ilíquidos de la firma de banca privada Diaphanum, explica que “la inversión en fondos inmobiliarios lleva un importante decalaje respecto la evolución de las Bolsas, que corrigió muy rápido en cuanto empezaron a subir los tipos de interés”. Es ahora cuando los gestores especializados tienen que reflejar en sus cuentas que los edificios que tienen en cartera valen menos y que se han disparado los costes de financiación.

“El año pasado bajó mucho el número de transacciones, tanto por la subida de los costes de financiación como por el desencuentro en precio entre compradores y vendedores. Esto provocó una caída de las valoraciones”, recuerda Cloquell. De acuerdo con los datos de la firma Green Street, los precios de las oficinas se desplomaron un 25% en 2023.

El inversor multimillonario inversor Barry Sternlicht explicaba en una conferencia que el mercado de oficinas de Estados Unidos “tiene una crisis existencial en este momento, porque hay muchos trabajadores que no han vuelto a sus oficinas”. Según sus cálculos, este mercado, que ha llegado valorarse en 3 billones de dólares (2,7 billones de euros), en la actualidad no vale ni 1,8 billones de dólares. “Hay 1,2 billones de pérdidas aún no reconocidas y lo malo es que nadie sabe exactamente quién las va a asumir”.

La Asociación de Banqueros Hipotecarios de Estados Unidos estima que en los próximos dos años vencerán 1,2 billones de dólares en deuda de inmobiliario comercial. Alrededor del 25% de esa cantidad son préstamos a los segmentos de oficinas y minoristas, la mayoría de los cuales están en manos de bancos y valores respaldados por hipotecas comerciales.

El impacto del teletrabajo


A ambos lados del Atlántico, el problema son los edificios de oficinas. La extensión del trabajo desde casa hace que se necesite un 15% menos espacio. El año pasado, la desocupación de oficinas en las principales ciudades de EE UU alcanzó su nivel más alto desde finales de los años setenta. Alrededor del 20% del espacio estaba sin inquilinos, según Moody’s.

Estados Unidos es el mayor mercado de inversiones inmobiliarias del mundo. Desde que la Reserva Federal empezó a subir los tipos de interés los precios caído en conjunto un 11% (incluyendo, además de oficinas, centros comerciales, hoteles, almacenes...).

La situación en Europa es mejor. Por término medio, la tasa de vacantes en los edificios de oficinas de las principales ciudades era del 6,9% en el tercer trimestre del año pasado, según Savills. Esta cifra está muy por debajo de las vacantes en la crisis financiera mundial. Pero el problema de la refinanciación de fondos inmobiliarios es enorme.

En el norte de Europa, los niveles de deuda de algunas inmobiliarias es altísimo. La alemana Aroundtown y las suecas Castellum, SBB y Pandox están muy apalancadas y tienen obligaciones de refinanciación acuciantes en 2024, al tiempo que ven cómo los precios de alquileres de oficinas no suben y se encarecen los costes financieros.

Hace dos meses, el grupo inmobiliario Signa, propiedad del magnate austriaco René Benko, se declaró quiebra tras fracasar el último intento de obtener financiación de emergencia. La empresa es propietaria del edificio Chrysler de Nueva York, los grandes almacenes Selfridges en Londres, centros comerciales de lujo en Viena y un hotel histórico en Venecia, entre otras muchas propiedades.

Su insolvencia deja un rastro de proyectos de construcción a medio terminar en toda Alemania, incluido uno de los edificios más altos del país. Además, el banco privado Julius Baer ha visto como su beneficio caía un 52% por las provisiones derivadas de su exposición a Signa. Mientras tanto, los inversores miran con recelo al sector bancario, temiendo que se les aparezca de nuevo el fantasma de la crisis financiera de 2008.
#287168

Re: Pulso de Mercado: Intradía

Seguirá el FOMO,mientras dure a aprovecharse.