la fortaleza del Consumo Privado americano que invitan a pensar en mayores presiones inflacionistas y por tanto, una postura más dura/hawkish por parte de la Fed. La economía está fuerte y su moneda también. Donald Trump, sin querer o queriendo va a generar tensiones inflacionarias.
Antes de terminar de año ya está descontado un recorte de 25 puntos básicos, pero el próximo año no está tan claro y de ahí el tono duro de la FED.
El próximo año la volatilidad está asegurada más que nunca.