Trump ordena a los proveedores de software para chips que dejen de vender a China
La Administración Trump ha ordenado a las empresas estadounidenses que ofrecen software utilizado para diseñar semiconductores que dejen de vender sus servicios a grupos chinos, en el último intento de dificultar que China desarrolle chips avanzados.
Varias personas familiarizadas con la medida dijeron que el Departamento de Comercio había ordenado a los grupos de automatización de diseño electrónico, que incluyen a Cadence, Synopsys y Siemens EDA, que dejaran de suministrar su tecnología a China.
La Oficina de Industria y Seguridad, la rama del Departamento de Comercio de EEUU que supervisa los controles de exportación, emitió la directiva a las empresas mediante cartas, según las fuentes. No estaba claro si todas las empresa estadounidense de automatización del diseño electrónico de EEUU habían recibido una carta.
Esta medida representa un nuevo e importante esfuerzo del gobierno estadounidense para obstaculizar la capacidad de China de desarrollar chips de inteligencia artificial de vanguardia, en su búsqueda de una ventaja tecnológica sobre su rival geopolítico. En abril, el gobierno restringió la exportación de chips de IA de Nvidia específicos para China.
Un funcionario del Departamento de Comercio dijo que estaban "revisando exportaciones de importancia estratégica para China".
"En algunos casos, el Departamento de Comercio ha suspendido licencias de exportación existentes o impuesto requisitos de licencia adicionales mientras la revisión está pendiente", dijo un funcionario del Departamento de Comercio.
Si bien representa una parte relativamente pequeña de la industria general de semiconductores, el software de estas empresas permite a los diseñadores y fabricantes de chips desarrollar y probar la próxima generación de chips, lo que lo convierte en una parte fundamental de la cadena de suministro.
Synopsys, Cadence Design Systems y Siemens EDA representan alrededor del 80% del mercado en China.
En 2022, la Administración Biden introdujo restricciones a las ventas del software de diseño de chips más sofisticado a China, pero las empresas continuaron vendiendo al país productos que cumplían con los controles de exportación.
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