Tras todas estas semanas de desasosiego poco a poco las cosas se van resolviendo. Cierto es que a unos pocos todavía nos queda una larga travesía para recuperar nuestros saldos por encima de los 100k (dejadme que aproveche para agradecer vuestras muestras de apoyo de estos días), pero para la mayoría de los clientes de la extinta Interdin esta pesadilla va llegando a su fin.
Y por ello quizá convenga detenerse un tanto y recapitular lo que han sido estas semanas. Son muchas las lecciones que hemos aprendido por el camino:
- Han quedado muy claras las limitaciones de la autoridad de la CNMV y, por extensión, de todo el sistema regulador del sector. El aprendizaje para muchos, entre los que me incluyo, es que las supuestas garantías que nos deberían proporcionar el trabajar con agentes reguladas no lo son tanto. En particular, trabajar con saldos superiores a los 100k con un mismo broker es a día de hoy una inconsciencia (y aquí he de entonar el mea culpa por mi bendita inocencia al haber confiado ciegamente en nuestras queridas instituciones).
- Por motivos obvios, entender con qué entidades bancarias trabaja nuestro broker ha pasado a ser un elemento esencial a la hora de evaluar el riesgo que corremos al trabajar con ellos. Evidentemente, trabajar con brokers españoles no respaldados por el Fogain ha dejado de ser una opción y en el caso de brokers extranjeros a día de hoy sólo considero la alternativa de trabajar con aquellos de mayor dimensión y que implementan mecanismos automáticos de control del riesgo que adoptan sus clientes (tal y como pueda ser el caso de Interactive Brokers, por ejemplo).
- Justo es reconocer también que para saldos inferiores a los 100k los mecanismos de rescate han funcionado de un modo sobresaliente. Muchos nos temíamos tener que afrontar un plazo de meses para recuperar nuestros saldos y muy probablemente en dos o tres semanas desde la activación del Fogain el grueso de clientes de Interdin hayan recuperado su dinero. El proceso de reclamación como tal, además, aunque mejorable introduciendo elementos como la presentación telemática (a estas alturas resulta chocante que no se contemple) es extremadamente sencillo. Al Cesar lo que es del Cesar.
- En relación a Interdin, he de confesar que no comparto las alabanzas que de manera mayoritaria se ha llevado durante el proceso. Más aún, en mi caso el desarrollo de los acontecimientos ha supuesto una decepción tras otra, al menos en lo concerniente a las decisiones tomadas por su dirección (nada que objetar al trato y atención recibida por el equipo). Tengo claro que si hoy por hoy tengo en riesgo parte mi patrimonio se debe en gran medida a ellos. No puedo (ni quiero) olvidar que fueron ellos los que solicitaron la intervención a la CNMV (en su perfecto derecho) pero que antes de que fuera aprobada por la CNMV y se hiciera efectiva bloquearon de manera unilateral la ejecución de las transferencias realizadas durante el fin de semana anterior al infausto 16 de marzo y las solicitadas el propio 16 por la mañana. Tampoco dejo de lado el hecho de que el reembolso parcial de finales de marzo se realizó sin ningún tipo de transparencia que justificase la disparidad de la cantidad y porcentajes recibidos por cada uno de nosotros.
- Por el camino hemos descubierto que la plataforma de Interdin, esa que tantos apreciábamos por su sencillez, no es propiedad suya, sino que se limitan a integrar el software de un tercero (iBroker). Ello explica el porqué eran incapaces de solventar algunas incidencias detectadas desde hacía meses (por ejemplo, la obtención de información fiscal correcta en la operación con opciones).
En definitiva, han sido unas semanas duras con un final pseudo-feliz para la mayoría (no olvidemos que, al fin y al cabo, hemos recuperado nuestro dinero y algunos ni siquiera todo, nadie nos ha regalado nada; en el camino quedan los perjuicios causados y costes de oportunidad para los que no habrá compensación y en el horizonte incluso alguna duda sobre el tratamiento fiscal que habrá que dar a la indemnización recibida).
Perdonad el rollo y saludos a todos.