BERKELEY: REFLEXIONES ESPONTANEAS DE UN INVERSOR PREOCUPADO
Ante todo he de advertir que no soy un experto en temas de uranio, por lo que los comentarios o rectificaciones que se pudieran hacer a este post serán tenidos muy en cuenta en futuros artículos que pueda escribir sobre esta empresa que nunca termina de serlo , porque lo cierto es que entre autorizaciones y paralizaciones judiciales, llevan ya diez años con la larga e inacabable historia de la mina y cuatro cotizando en bolsa para hacer que el proyecto sea más creíble.
Las intenciones de Berkeley no son solamente construir la mina, sino también una planta de concentrado de uranio y un almacén de residuos radioactivos. La superficie total autorizada es de 25 kilómetros cuadrados siendo la ocupación de la mina de 2,3 kms cuadrados. Entre la mina, la planta de concentrado y el almacén nos situaremos en los 3 kilómetros cuadrados de ocupación, (una superficie equivalente a un cuadrado de 1,732 kilómetros de lado, que es una distancia apreciable). La vida útil del yacimiento e instalaciones anexas será de 14 años, que es un periodo de tiempo muy corto, comparado con la magnitud de los problemas surgidos. Se está generando una gran controversia por una actividad económica de corta duración.
Desde mi punto de vista, la construcción de la mina va a crear dos problemas uno medioambiental y otro de salud pública.
A nivel medioambiental se destruirá el hábitat de la zona, pues se tendrán que cortar encinas en un área no inferior a los 3 kilómetros cuadrados. La mina e instalaciones adyacentes se construirían en un paraje integrado en la Red Natura 2000, que es un conjunto de áreas protegidas en el territorio de la Union Europea. Seria una amenaza para la dehesa de Retortillo y para la fauna y flora de la zona. Siendo el factor medioambiental uno de los criterios ESG (Environment, Social, Governance), Berkeley podría no cumplir con dichos requisitos ESG por lo que podría calificarse de empresa socialmente no responsable.
A nivel de salud pública sabemos que el polvo que se genera por molturación tiene partículas alfa que el viento puede diseminar a largas distancias. Estas partículas emiten radiación que al inhalar provoca cáncer en el plazo de diez años. Para que nos hagamos una idea del trabajo de molturación: se necesitan triturar un millón de kilos de tierra y roca para obtener 2,8 kilos de uranio. El dato nos ofrece una percepción de cómo van a devastar el terreno (al menos 2,3 kilómetros cuadrados) y como van a contaminar, aún no queriendo.
La aprobación de la mina entraría en contradicción con los postulados de un Gobierno abiertamente declarado defensor de la naturaleza y preservador del medio ambiente que tiene hasta un Ministerio de Transición Ecológica, y cuyas intenciones son la descarbonizacion y la futura prohibición de los coches diésel. En este contexto me pregunto : ¿Sería capaz nuestro Ejecutivo de autorizar la construcción de una mina de uranio a cielo abierto?. Una mina de uranio alteradora del ecosistema y que destruye el hábitat, muy ecologista no es, que digamos.
Otro punto débil que le veo a este tema de la mina es el de la productividad. El mineral de uranio no está muy concentrado por lo que su explotación no sería rentable cuando el precio del uranio bajase. En Canadá cierran minas de uranio más ricas que ésta, por lo que no se entiende que aquí se abra una de menor rendimiento.
Lo que pasa que Berkeley aplica mucho la política de “hechos consumados” y dados los montajes que construye alrededor de esta mina, el Gobierno quizá no se atreva a echarlo todo para atrás. Esta política de “hechos consumados” alcanzó su máxima expresión el.pasado 13 de junio cuando se anunció la venta de toda la producción de dos años de la mina a clientes de EEUU y Reino Unido. No se facilitó información de esos clientes, para evitar futuros malentendidos e imprecisiones al respecto. El Gobierno debería de haberse preguntado públicamente como se puede vender la producción de una mina que todavía no existe. Lo cierto es que estas noticias son terreno abonado para la especulación y el pequeño accionista cae en la trampa comprando “humo", al menos de momento.
La propia salida a Bolsa de Berkeley tendría como finalidad captar muchos accionistas que querrán rentabilizar su inversión en la minera para lo cual se convertirán en acérrimos defensores del proyecto. Cuanta más gente este a favor de la explotación del yacimiento, mejor. Es una forma de presión a las autoridades.
Comparemos la situación de Berkeley con lo que está pasando en ENCE con su fábrica de Pontevedra. El actual Gobierno Central se está negando a defender la prórroga concedida a Ence en 2016 (para que pudiera continuar durante 60 años más), ante los recursos presentados por el Ayuntamiento y dos organizaciones ecologistas. ¿Cómo se explicaría que por un lado dieran permiso para construir la mina de uranio y por otra cerraran una fábrica que altera muchísimo menos el entorno?.
Aparte de estas consideraciones está el hecho de que el cierre de Pontevedra dejaría en el paro a 5.000 trabajadores entre empleos directos e indirectos y en cambio la mina de uranio solo crearía 500 puestos de trabajo.
Otro ejemplo comparativo lo encontramos en la fallida construcción del Almacen Temporal Centralizado para la gestión de los residuos nucleares que tenía que levantarse en Villar de las Cañas (Cuenca). Después de diez años de controversia se ha dado “carpetazo" al tema con el argumento de la protección medioambiental y agrícola de las zonas colindantes. ¿Porqué en Villar de las Cañas se ha de proteger el medio ambiente y en Retortillo no?.
En España hay una gestora de fondos muy partidaria de inversiones en materias primas. La pregunta es: ¿Está azValor posicionada en Berkeley?. Me temo que no y por algo será porque si hubiera detectado buenas perspectivas ya habría anunciado la adquisición de acciones de Berkeley.
Los precios actuales de Berkeley solo se justificarían por movimientos especulativos. Tengamos en cuenta que el valor contable de la acción de Berkeley es actualmente de 0,19 euros (y bajando), por lo que precios por encima de esa cuota de 0,19 no tendrían ningún sentido excepto por los insiders que estuviesen en posesión de información privilegiada.
Ante estas incertidumbres e incongruencias, que causarían preocupación a cualquier inversor yo no colocaria la más mínima parte de mis ahorros en Berkekey aunque cada cual debería de llegar a sus propias conclusiones. Y deseo la mejor suerte del mundo a quienes decidan apostar por Berkeley o ya lo hayan hecho. Los analistas técnicos que siguen el valor afirman que estas subidas no son especulativas o de chicharro y que la percepción que el mercado tiene de la compañía ha cambiado. Será que el mercado intuye una pronta autorización de la mina, pero el mercado se mueve a impulsos más de tipo sicológico que racional.
Lejos de mi ha estado la intención de provocar cualquier tipo de polémica. Soy consciente del papel relevante que ha tenido y tendrá la energía nuclear en el mix energético mundial y que el consumo de uranio irá a más, pero no a cualquier precio. Quien esté interesado en invertir en esta “commodity" podría seguir las recomendaciones de los gestores de azValor que son los inversores españoles que más participaciones tienen en materias primas. En relación al uranio, ellos están invertidos en Cameco. También en rankia hay un “hilo" para quien quiera aprender sobre ese tema.
Quizá este post pueda calificarse de apresurado y superficial pero es lo que se me ha ocurrido, tras unas reflexiones espontáneas.