BERKELEY PENDIENTE DEL GOBIERNO.
No soy accionista de Berkeley. La acción está de moda por sus descalabros y rumores de no aprobación de la mina. Creo en el proyecto porque generará riqueza, pero precisamente por esto el gobierno estará en contra argumentado razones ecologistas.
El mineral de uranio no es radiactivo por sí mismo, por cuanto, para serlo, precisa de un tratamiento muy especial que nunca se hace en el lugar de extracción. Si lo fuera, estos terrenos de Retortillo, y el Duero, estarían contaminados desde hace miles de años y quienes comen carne o toman leche de la zona estarían muertos o serían ultracuerpos andantes (nombre que tomo de la película “La invasión de los ultracuerpos”, que por cierto es lo que querría el gobierno: que todos nos comportaramos como los ultracuerpos de la película)
El uranio está contenido dentro de las rocas, es decir ya existe y tiene escasa radiactividad tal cual está ahora mismo en la naturaleza. Y los científicos no han detectado ningún efecto dañino en las radiaciones de los niveles naturales de uranio. Por otra parte, las medidas de impacto ambiental de cualquier mina a cielo abierto son mucho más estrictas que la de cualquier otro tipo de obra.
Estas asociaciones ecologistas, que viven de subvenciones públicas no dicen la verdad. Tienen al ecologista Francisco Castejón en el CSN y a ésta persona, no le queda más remedio que aprobar el proyecto presentado porque cumple con todas las medidas de seguridad medioambientales. A la vista de esto, los ecologistas más acérrimos empiezan a inventarse frases incendarias del tipo:
- Territorios devastados
- Montañas de escorias radioactivas
- Dispersión de la contaminación
- Rastro de muerte brutal
- Mortalidad por leucemia.
Todo para disponer a la opinión pública contra un proyecto que generará riqueza para el país, (al que falta poco para estar en quiebra y tenga que ser rescatado). La mina de uranio no es ecologista y no interesa. Los paneles solares compuestos de sílice, (que contamina) serán un residuo problemático, pero esta energía es ecológica y no interesa propagar “contratiempos” sobre este tema. Por no hablar de las pilas y baterias.
Han muerto 50.000 personas por la pandemia, sin haber hecho casi nada para evitarlo. Al mismo tiempo, pretenden denegar los permisos de la mina porque a lo mejor muere alguna persona en algún accidente laboral. La gente protesta mucho por un proyecto que no tendrá impacto ambiental, ni atentará contra la salud de las personas y en cambio no protesta por la muerte de 50.000 personas causadas por la inacción o acciones inapropiadas del gobierno. ¿Por qué contra la pandemia no se hace nada y contra la mina de uranio se hace todo para eliminarla?.
CONCLUSIÓN.
Sin ánimo de que se me haga caso, yo creo que Berkeley es un valor que no hay que tocar. Y quien esté invertido en él, que reduzca posiciones. Que no venda al 100% por si se diera la vuelta y pudiera recuperar “algo” de lo invertido.
Los usuarios de una herramienta de análisis técnico llamada “Koncorde” dicen que quienes están comprando son las manos fuertes y quienes venden son los minoristas. A mí se me hace extraño que haya una aplicación informática, que permita saber estas sutilezas, pero algún criterio habrán introducido en el programa que ayude a distinguir las grandes compras de las pequeñas ventas, digo yo.
Si me preguntaran a mí sobre lo que está sucediendo en Berkeley últimamente diría que es al revés: Quienes venden son las manos fuertes (llámense Anglo Pacific Group, o Majedie o FIL Ltd) y quienes compran son los minoristas “porque el soporte está en 0,38”, según dicen. Con este tipo de empresas sometidas a decisiones políticas, no creo que se deban de invertir en base a ningún tipo de razonamiento. Suerte a todos los que están preocupados por este valor.