El grupo químico alemán BASF cerró 2021 con unos beneficios netos atribuidos de 5.523 millones de euros, frente a las pérdidas de 1.060 millones que contabilizó durante 2020, según se desprende de la cuenta de resultados que ha publicado este viernes la compañía.
El beneficio neto por acción para el conjunto del año fue de 6,01 euros, frente a las pérdidas de 1,15 euros por título de 2020. De su lado, el resultado bruto de explotación (Ebitda) se elevó un 74,9%, hasta los 11.355 millones de euros.
Entre enero y diciembre, BASF facturó 78.598 millones de euros, lo que supone un incremento del 32,9% frente a 2020. Por segmentos de negocio, la división de tecnologías de superficies creció un 36%, hasta 22.659 millones de euros, mientras que el área de materiales se situó en 15.214 millones, un 41,7% más, y el de químicos alcanzó los 13.579 millones, un 68,2% más.
Por otro lado, los ingresos procedentes del segmento de soluciones industriales crecieron un 16,1%, hasta 8.876 millones, mientras que los de soluciones para agricultura avanzaron un 6,6%, hasta 8.162 millones. La cifra de negocios de la división de nutrición se situó en 6.442 millones, un 7% más.
El coste de los productos vendidos en el año fue de 58.801 millones, un 33,5% más, mientras que los gastos de venta se situaron en 8.414 millones (+12,2%) y los generales y administrativos alcanzaron los 1.408 millones (+14,7%). La partida de investigación y desarrollo (I+D) experimentó una expansión del 6,2%, hasta 2.216 millones de euros.
Únicamente en el cuarto trimestre de 2021, BASF se anotó unos beneficios netos atribuidos de 898 millones de euros, un 14,9% menos, tras un alza del 24,3% de la facturación, hasta 19.776 millones.
Con arreglo a estas ganancias, el consejo de administración tiene previsto proponer a la junta de accionistas distribuir un dividendo de 3,40 euros por acción, 10 céntimos por encima del abonado el año anterior