Deduzco de tus palabras que los movimientos de los precios de un día para otro son estocásticos, por tanto no hay manera científica de predecir los precios mañana. Si es así, interesante idea, porque entonces ni el AT ni el AF ni nada sirven para poder decir que mañana subirá o bajará una determinada acción.
De hecho vengo defendiendo esto desde que estoy "dando por saco" por aquí :)
Como dije anteriormente, yo veo el valor como algo teórico demasiado complicado de calcular bien. Existen muchas maneras de calcular el valor de una empresa, pero parece ser que la mejor manera o la manera democrática es el valor en bolsa, aunque esto no quiere decir que sea la mejor manera, de hecho a veces en las compras de unas empresas por otras, se calculan unos precios ligeramente distintos a los que da el mercado en ese momento, porque se considera que hay que corregir el precio que da el mercado de ciertos sesgos.
Desde un punto de vista racional, la cotización es un reflejo de la marcha de la empresa, de sus activos y pasivos, de la valía de su equipo directivo, de sus proyectos de futuro, de la situación de la economía, de las previsiones de ventas, etc. Por lo tanto, si los actores del mercado hicieran caso a estos factores que tocan directamente a la actividad de la empresa y su porvenir, el precio en bolsa debería ser bastante constante en el tiempo, sólo modificado algunas veces por movimientos repentinos al alza o la baja del precio cuando uno de los factores enumerados antes, que afectan directamente a la actividad de la empresa, empeora o mejora según el criterio del mercado.
Pero como todos sabemos la cosa no va así. Vemos que de un día para otro una acción puede perder o ganar un % importante de su valor, y al día siguiente lo puede recuperar sin razón aparente, sin que ninguno de los factores fundamentales o macroeconómicos haya sufrido cambio alguno, todo muy raro a veces. Vemos pues, un patrón de volatilidad adicional a lo fundamental, implícito en los precios de cada día. Esa volatilidad adicional proviene, a mi modo de ver, de las infinitas estrategias que siguen los actores del mercado, irracionales o no, acertadas o no, separadas o no del verdadero valor de la empresa. Esa volatilidad, que a veces puede ser brutal, infundada o no, también participa de los miedos y vicios del inversor, así que al final, los precios se convierten en un paseo aleatorio por Wall Street.
Saludos