Moncloa retoma contactos con Polonia en pleno atasco de Sidenor para entrar en Talgo.
El consorcio vasco sigue sin firmar su entrada en el fabricante a la espera que se aplace la sanción con Renfe. El Gobierno ve al fabricante Pesa como el mejor ‘plan b’ para la operación.
La operación
Talgo sigue muy cerca del punto de partida. Pese
al acuerdo de hace un mes entre el consorcio vasco que lidera
Sidenor para comprar el 29% en manos del fondo
Trilantic aún no hay nada firmado. Una de las principales razones es la sanción de 116 millones de
Renfe por retrasos en la entrega de trenes, que ha sembrado el temor en los nuevos accionistas. Otra es la falta de visibilidad sobre cómo la nueva Talgo podrá hacer frente a la ingente cartera de pedidos.
Para desatascar la situación, el
Gobierno busca maneras de suavizar el golpe de la reclamación del operador público de ferrocarriles, mientras
retoma sus contactos con Polonia para involucrar a Pesa, su fabricante público de trenes, en la solución.
“Las conversaciones entre Fondo Polaco de Desarrollo Capital Group (Polski Fundusz Rozwoju o ‘PFR’) y
el Gobierno por Talgo están activas”, explican a El Confidencial fuentes cercanas a la negociación. El fondo público polaco, dueño de Pesa, mantiene su interés por Talgo, pero, como detallan las mismas fuentes, está a la espera de que se resuelva la negociación que encabeza Sidenor para poder retomar las negociaciones. El propio ministro de Infraestructuras de Polonia,
Dariusz Klimczak, confesaba el pasado viernes en una entrevista en la televisión pública polaca
TVP Info que siguen pendientes de Talgo. “No nos hemos rendido”, explicaba preguntado por la compañía española. “España no quiere vender esa tecnología a otros países. Aunque ese tipo de negociaciones se gestionan desde otros ministerios”, matizaba.
Fuentes gubernamentales insisten a este medio que siguen concentrados en el ‘Plan A’, que es el de
José Antonio Jainaga, presidente de Sidenor, junto con el
Instituto Vasco de Finanzas, controlado por el
Gobierno vasco, y las fundaciones bancarias
Caja Vital Kutxa y
Bilbao Bizkaia Kutxa. Pero ven con buenos ojos a Polonia en Talgo, porque consideran que Pesa, fabricante de ferrocarriles, es el mejor aliado industrial una vez asegurada la ‘españolidad’ de la compañía.
La crisis con Renfe.
Las dificultades de Jainaga para cerrar la compra de la participación de Trilantic por 177 millones pasan por Renfe. El empresario vasco quiere que las administraciones se pongan de acuerdo para
solucionar ese agujero en la compañía antes de firmar. La dificultad, como informan fuentes internas, es que Renfe no puede “hacer desaparecer” la sanción de 116 millones para beneficiar una operación apadrinada por el Gobierno.
Un hecho que, como insisten, se ha alertado desde la propia Abogacía del Estado. Por lo tanto, todos están negociando para poder encajar esta sanción y animar a Jainaga a cerrar la españolidad de Talgo.
“Se va a aplazar o diferir”, explican fuentes gubernamentales.
“Pero todavía están las conversaciones abiertas”, puntualizan. La sanción de 116 millones de euros impuesta a Talgo responde a los más de dos años de retraso en la entrega de los trenes Avril, renombrados como ‘Serie 106’. Inicialmente, las unidades debían estar listas en enero de 2021 para entrar en servicio en verano de ese año. Algo que no ha ocurrido.
Hay confianza en Sidenor y el Gobierno de que en las próximas semanas Renfe flexibilizará su sanción, se cerrará el ‘Plan A’ vasco y se buscará un encaje del ‘Plan B’ polaco para que Talgo pueda cumplir con su inmensa cartera de pedidos de
4.000 millones de euros. Otras opciones como la entrada de
Criteria Caixa o la
SEPI están descartadas por todas las partes, según ha podido saber este periódico. Desde Sidenor y Talgo han preferido no entrar a valorar este escenario. La oferta vasca por el 30% del capital de Talgo vence el 15 de mayo si no se concreta el acuerdo, pero el equipo de Jainaga es optimista con estampar la firma antes. La implicación del
Gobierno de Pedro Sánchez y del
Partido Nacionalista Vasco (PNV) serán clave para que Renfe encuentre la mejor vía legal para allanar el terreno.