En eso nos parecemos. Sin ser fan de nadie, porque no sentía a nadie como un ídolo de adolescencia, tuve muchos hobbies. Llamémosle tendencias variopintas, jajaaaa.
También me dió por los sellos, y las monedas. La colección de minerales todavía la conservo. Y mira que el listo del catedrático de Cristalografía pretendió que la "donara" a la ciencia y se quedara en la Facultad de Farmacia. Listos hay muchos, espabilados demasiados.
Me molaba jugar al ajedrez. Cosas de la vida. Te enseña estrategias y a pensar en varios frentes a la vez, con posibles consecuencias. Por otra parte, fue determinante en alguna que otra relación. Cuando toca enrocarse, hay que hacerlo, ;-)
No existen los problemas, solo por no haber encontrado la solución no se puede uno plantear el tirar la toalla. Así hemos ido saliendo de cada asunto. Con tesón, cabezonería y algo de rebeldía. Podría haber tenido una vida más fácil, pero no habría sido mejor, ni para mí, ni para nadie, probablemente.
Yo no dejaría mi actividad, aunque lo digo con la boca pequeña, porque cuando tocó abandonar, se hizo y no me arrepiento, a pesar de que no todo fue bueno, me refiero a lo que aconteció como consecuencia de apartarme de mi profesión temporalmente.
Pero cuando consideras, después de mucho meditar, que lo correcto no está ahí, sino en otro sitio, empeñarse en proseguir es absurdo. Antes o después te arrepentirás de no haber hecho caso a tu corazón.
Mi cabeza se sigue rebelando. Mi alma lo tiene claro.
En la comitiva fúnebre no llevaremos los chines. Solo lo puesto. Y ni tan siquiera lo puesto nos servirá para nada.
¿Por qué se trabaja, por qué se ahorra, por qué nos gusta amasar una fortuna?
Queramos o no, el dinero es necesario. Vil metal que nos seduces y nos dejas tirados a tu antojo, que nos clasificas y nos mimas con fruición, para escupir nuestra miseria cuando te idolatramos.
Ni hacerse esclavo del trabajo, ni volverse majareta y tirar la casa por la ventana. Metáforas caseras me salen.
"El dinero compra una casa, pero no hace un hogar"
Cuando hayas hallado (he he he) tu felicidad, no la disimules, ni por el qué dirán. ¡Vive! ¡Vívela! Siempre habrá quien te critique, hagas lo que hagas, dejes de hacer lo que abandones, siempre estará ahí para recordarte que te empeñaste en seguir y erraste o te empecinaste en abandonar y te fue mal.
Si cuando gano no me aplaudes ni te congratulas, cuando pierdo no me sirve tu consuelo, fingido, las más de las veces.
¿Qué diferencia hay entre terraza y balcón? Antes creía que lo tenía claro pero ahora lo dudo. Como dudo la diferencia entre piso y planta. Esto no ocurre en Viena, ni tampoco en Bilbao, creo yo, salvo que existan principales, como en mi capital o en Madrid, por citar un par de ejemplos.
Buscando opciones me verás. El trading se lo dejaré a quien pueda mantener el ritmo de sus posaderas. La menda necesita pasear, vivir la vida y disfrutar el momento. Hubo un antes y un después y como más tarde no es seguro, hoy, ahora, aquí y no postergar nada que me haga feliz, a mí y a quién me rodea y quiere quererme.
Un abrazo en pos de la felicidad colectiva, que siempre empieza por uno mismo, como la caridad bien entendida.
¡Sed muy felices!
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.