La foto se te ha quedado ya desfasada, jajajajaja. Salió algo hace unos meses al respecto de no dejar que los jubilados se "paseen" por el parqué de la bolsa... vamos, que el de seguridad no los iba a dejar entrar. Creo que lo han llevado a cabo.
Veamos. Que el post tiene sus intríngulis. Cualquier cosa que se haga con el dinero es un riesgo. Nada, rectifico NADA (en mayúsculas) está exento de riesgo. En una IPF te pueden quebrar el banco y el Fondo de Garantía de Depósitos no tener suficiente para cubrir todo el capital y que eso haga que recibas una parte... si compras una vivienda, te puedes encontrar con defectos graves... si compras un coche y viene con la centralita averiada te puede dar disgustos... En fin, si te paras a mirar los riesgos, todo es arriesgado (o riesgoso, que dicen allende los mares).
A todos nos ha costado lo nuestro aprender lo que sabemos... sea vía estudios para desempeñarlo luego en el campo laboral o sea porque un tema nos interesaba y a lo largo del tiempo hemos ido aprendiendo mal que bien. Todo conlleva su esfuerzo y su tiempo de aprendizaje. Uno puede leerse un manual de natación, pero no se tira de cabeza a la piscina automáticamente después de acabarlo pensando que domina todas las técnicas.
Hay que tener claro lo que se quiere. Si te compras una casa, no puedes tener el dinero y la casa, o lo uno o lo otro, pero no ambas. Tienes que conocerte, saber lo que quieres, lo que puedes hacer en dedicación y constancia -o no- y, a partir de ahí, ver por dónde estas limitado. Es obvio que alguien que no tiene tiempo para estar delante de la pantalla a lo largo de las sesiones, no puede dedicarse al trading. Tendrás que dirigir y determinar tu inversión de otra manera, pensarla de una forma diferente a la operativa intradiaria.
De la misma forma, si ves un producto con una rentabilidad adecuada, tendrás que conocer, aunque sea someramente, las características del producto. Hacerte una composición de lugar de cómo puede influir eso en tí, si te conviene o no. Todo es tiempo. Ver en ese tiempo los argumentos a favor y en contra para meterlo o excluirlo de tu cartera; sopesar los riesgos que pueda conllevar y equilibrarlos con las ventajas que pueda tener para tí. Nada va a ser ideal para meterse de cabeza e invertir el dinero disponible. Todo va a tener su parte buena y su parte mala.
No sé yo si conseguiré que el personal me haga caso. De todas formas y sea como sea, un camino ya ha elegido. Ya tiene ayuda y ahí poco puedo hacer, además, para dar indicaciones en el caso que comentamos, tendría que conocer la "estrategia" del asesor, dónde pretende llegar. En el caso de que ambos tuviésemos visiones distintas, que escuche a dos personas en "estéreo" podría ser contraproducente.
Incluso, con el asunto de las preferentes, que dejas caer, te he manifestado alguna vez que no tendrían por qué haber salido como salieron. También reconozco que "eso" no estaba destinado al público en general y mucho menos a parte del público al que le fueron colocadas, de eso se podría hablar mucho, incluyendo la ética de los "colocadores" y de su conciencia al comercializar el producto a cambio de pluses o incentivos finales. Tiene que haber gente para todo. Pese a todo, incluido mal asesoramiento, mala colocación y mala conciencia, no debería haber salido como salió, a esto último contribuyeron factores varios de los que ya hemos hablado larga y extensamente y hay hilos y post a montones.
Conste que me he acordado de tí; el "penúltimo" libro que he terminado de leer, tiene un dato curioso, el libro se titula "¿quién se ha llevado mi pasta" y su autor es Javier Ruíz. La editorial es Penguin Random House (lo tienes disponible donde te he dicho si tienes curiosidad por echarle un ojo y se lee con relativa rapidez), va la cita:
"(...)
El calendario de venta es la principal prueba de cargo contra los bancos. El BBVA fue el primer emisor de un producto con esa denominación en diciembre de 1999 por valor de 700 millones de euros por los que pagaba un dividendo del 6,24 por ciento. A partir de ese momento los bancos recurrieron en casos muy excepcionales a financiarse por esa vía, hasta que el 22 de noviembre se aprobó la Ley 44/2002, que -curiosamente- firmó el propio Mariano Rajoy como presidente del Gobierno en funciones. El problema con la firma de Rajoy exigiría años más tarde una solución por su parte, ya como presidente electo. Sin embargo, cuando apareció, el producto no dió lugar a una explosión de preferentistas. Muy al contrario. Hasta el 2006 solo hubo 69 emisiones de preferentes y el volumen medio -de unos 2.000 millones de euros- se secó cuando la CNMV exigió con una carta de 10 de junio de 2005 que los bancos justificaran con dos informes de valoración las condiciones de mercado del producto. Así pues, las entidades recurrieron a ese instrumento con mucha moderación a la hora de captar capital practicamente hasta que les llegó la crisis. Si los bancos hubieran tratado el producto con normalidad, su venta habría sido sostenida y progresiva durante años, pero no fue así. "
Como ves, "alguien" dejó de vigilar en un momento dado, las entidades estaban secas, se aprovechó el mal momento y se colocó indebidamente y a "lo bestia". Ahora sabemos cómo acabó aquello y de qué forma se hizo.
Hay algunas cosas más sobre el asunto, que son interesantes, sobre todo al respecto de a quien se le encargó el arbitraje y de lo que manifestó De Guindos al respecto. Si no tienes lectura en perspectiva, échale un ojo.
Abrazo grande a compartir repartiendo.
Suerte a todos.
no desaparece lo que muere, desaparece lo que se olvida