Ayer fuimos a ING a llevar la OTE -otra vez- personalmente. Ahora no sueltan dinero. Antes acciones y ahora la pasta. ¡Esto es de contar y no creer, menudo calvario! No os he comentado nada porque más o menos sé cómo actuar. Si se vuelven a negar por tercera vez entonces acudiré al comité de sabios.
Al volver a casa nos encontramos de casualidad con La Murciana. Unas empanadillas de hojaldre rellenas de crema de pisto con piñones que levantaban la boina. Los pastelitos de Gianduja deliciosos. ¡Y yo que había empezado el régimen!
A ver si te encuentras con Karlicones el genuino, que ha ido al centro.
Sí gracias, ya hemos quedado con A. para dentro de dos semanas.
Un saludo
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.