La verdad es que ahora mismo creo que no nos oye nadie de hecho, bueno, oírnos lo que se dice oírnos, por mucho que GRITEMOS, tampoco nos van a oír, jajaaaa, ;-)
¡Ay chico, cómo te entiendo! Con lo de los compañeros que se hacen los longuis, tipo lumia, jajaaa, y son capaces de no reclamar ni lo que es suyo con tal de caer bien al jefe, lo que me quejo siempre, el falsísimo, hipócrita, débil y cobarde "bienquedismo" de esta sUciedad.
Recuerdo en una oficina de farmacia, en la que apenas aguanté el período de prueba, que siempre he sido de "probar a mis jefes" -jo qué bien suena, jajaaaa-, entiéndase que si ellos te prueban, tú también estás en el derecho de probar si el trabajo te satisface o no, recuerdo a una compañera que era la más exacta definición de trepa malapata. El jefe probó en una ocasión retrasarnos el sueldo a las tres y ellas dos calladitas cual teléfono nokia ;-), y le solté con un cabreo del 14: "Con lo que te he sacado en fórmulas magistrales te da para abonarnos el sueldo a las tres, tres veces. O me pagas hoy, o mañana no estoy aquí". Quizá fue la chulería que te da la juventud, quizá que realmente no necesitaba el trabajo. Todavía vivía en casa de mis padres y gastos, entre pocos y nulos, jajaaaa. Total, que el que "no podía", pobrecitín con dos farmacias, una suya y la otra de su mujer, dos "labos" funcionando a pleno pulmón, no podía abonarnos, juas, fue a su despacho y rellenó los cheques...
¿Crees que me lo agradecieron las compis? Pues eso... Así que en mi vida laboral fui aprendiendo a rascarme mis propias pulgas, esta gente te hace egoísta -si quieres llamarlo así-, pero como a tí mismo no te va a querer nadie. Cada vez lo tengo más claro, Mua. La caridad empieza por uno mismo.
En ocasiones, los compañeros pueden ser incluso peores que los jefes y mira que hay de estos últimos cabritos como para enmarcar, vamos...
Tengo que reconocer que también he tenido de los otros jefes, de los que me valoraban y enaltecían mi esfuerzo y dedicación y luego estaban a la altura de las circunstancias. Y también buenos compañeros, sobre todo en la Humboldt de Berlín. Quizá eran un pelín fríos de trato al principio, pero una vez que entrabas, sin duda, los mejores colegas de trabajo que he tenido.
Soy pasional, de las que me entrego en todo lo que hago al 100% y si puedo al 200. Me da que hasta en este foro se nota, ;-)
Me gusta sentir que el trabajo realizado por mí está perfecto, ¿para qué voy a ser modesta si soy de Bilbao? jjaaaaa. A veces el perfeccionismo puede ser un handicap para tí misma, siempre quieres más y mejor y nunca te quedas del todo satisfecha, aprendí a poner límites a mi exigencia... Y otras veces puede causar una debacle en el compañerismo, porque te ven "pelota" sin serlo. Se ve más fácil la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio...
Para mí lo son ellos, los que no se atreven a alzar la voz con quien tienen que hacerlo y por detrás le ponen de hoja de perejil. ¡Ten lo que hay que tener y díle lo que piensas a la cara, no seas más rata que a quien criticas! Esta gente siempre me ha puesto de los nervios.
Mi madre me decía que con esa chulería, tanta franqueza y tan poca hipocresía me iban a dar muchas bofetadas por el camino. También en esto tuvo razón, pero sé que quien me rodea me quiere, que conservo amistades desde la más tierna infancia, que quien está a mi lado, está porque me conoce y quiere estar y no porque le finja una situación o una actitud. Yo soy yo y mis circunstancias, con mis múltiples defectos y mi poca virtud, es lo que hay... y a estas alturas de la película, no voy a cambiar, y menos por quien no merece la pena.
En esta vida hay que estar tomando decisiones continuamente. Cuando me despedí, aquel jefecillo me dijo que me arrepentiría antes de que acabase el año. Ya ves los años que han pasado y hoy es el día en que todavía no me he arrepentido, hehehe. Más bien todo lo contrario, gracias a jefes como él -y como el primero que describes en tu post- un día decides romper con todo y largarte y casi siempre, por no decir siempre para dejar una puerta abierta a la excepcional excepción que confirma la regla, es para mejor.
De toda experiencia negativa se puede sacar algo positivo. En tu caso es evidente que cambiaste para mejor. En mi caso, ya te lo confirmo, ¡gracias a Dios me fui de allí y tomé la firme decisión de salir al extranjero, dónde ganaba tres veces más! Con las vueltas que da la vida, igual si me hubiera ido medio bien, quizá habría ido tirando y aguantando carritos y carretitas, no habría salido fuera y no habría conocido a Barbudín... Con el tiempo, he agradecido muchas veces la "cutrez" y tacañería de aquel boticario.
Sí, algo me habías relatado hace tiempo, cuando te iba leyendo iba acordándome de detalles. Pensaba que te referías a echarte las culpas en este medio y eso fue lo que me extrañó, porque hasta dónde me he percatado, aquí tienes un público fiel y eres respetado. Desde luego más que a mí las troll@s, fijo, jajaaaaa, ya se sabe, "La Vaca es la Culpable", ay, ¿cómo era el título? jajjaaaaa
Un abrazo con comprensión y solidaridad.
¡Sed felices!