Re: Madre solo hay una...
Es bueno comenzar ordenadamente, jajaaaa. Así que despedida Karlicones, saludamos con afecto al vienés, ;-)
Bueno, la imagen es bonita, en blanco y negro, discreta. La historia de la tablilla es preciosa, ya la contaré algún día, porque es emocionante, de verdad.
Los nicknames suelen esconder mucho de la persona que los elige; otras veces no tienen nada que ver con la persona que está detrás de ellos. Viene el vienés dice una gran verdad: Vino un vienés y se quedó. El de Karlicones también tiene su aquél, pero ese no se relatará, no es tan interesante como el de la tablilla o por lo menos, no es tan interesante para tanta gente.
Todos tenemos nuestra pequeña historia detrás, nuestro pasado, nuestro presente. Lo ùnico incierto y que no podemos definir es nuestro futuro. Ni tan siquiera sabemos si lo llegaremos a tener. Por eso es importantísimo, vivir el día a día, no ser rencoroso, no inventarse historias raras de nadie, ni por detrás, a hurtadillas, ni por delante, cuando parece que el interfecto no se podrá enterar nunca. Un informático (y sin serlo también), puede ver de lejos si un mensaje está falsificado, de hecho, los no encriptados son fáciles de falsificar, si se ha añadido algo después de haberse recibido, la cantidad exacta de información que llevaban en el momento del envío real, en qué fecha real se envió, en fin, una serie de datos que descalabrarían (¿existe esa palabra?)/ darían al traste con cualquier argumento en contra. Pero también es cierto que hay que tener un mínimo interés por saber si lo que dice un mensaje es real o no, lo que implicaría un interés por conocer a la persona que supuestamente ha escrito el mensaje. Como no hay ganas ni de lo uno, ni de lo otro, los temas se aparcan, se toman decisiones equivocadas, se hacen vacíos, se prejuzga, ocurren estampidas y se detesta o por lo menos ignora, públicamente, lo que -en más de una ocasión, y en más de dos... y de tres, ;-)- se alaba privadamente.
Hay que controlar bien a los alborotadores, algo que no se hace en muchos sitios: ¡Qué gran verdad! ¡Qué de artistas (actores y actrices, me refiero) hay sueltos por el mundo, con su rancio abolengo y sus obsoletas monarquías de foto vieja, que ya no interesan a nadie! Siempre he dicho y mantengo, que quien se avergüenza de sus raíces, es un descastado, no merece mi respeto. Siento sonar tan dura. No me gusta ese tipo de gente, no lo quiero a mi lado.
Hay personas con fuerte carácter, que en un momento de acalorada discusión, pueden insultar al contrario. No es precisamente mi estilo, pero sí podría decir una palabra más dura que otra. Son gente de verdad, bruscos, si quieres, pero sabes a lo que atenerte, porque los conoces desde el minuto cero.
Lo que me produce escalofríos es la indirecta, sibilina, bochornosa, el buscar la palabra hiriente, disimuladamente, para poder librarse del castigo, pero soltando la basura que se lleva en el alma. ¡Qué pena me dan estas actitudes! Las condeno duramente. Jamás entenderé a quien aplaude estas formas, SIN molestarse a entender sus por qués y los por qués de las víctimas. Y ya la hipocresía de aquí le aplaudo para que el populacho vea lo duro y fuerte que soy y por detrás, estoy contigo y pienso como tú en muchos temas, buf... Ni te cuento lo que me puede llegar a reventar. Preferiría que se callasen.
Gracias, la cosa que realmente me preocupa de verdad, que es mi salud y la de los míos, va mejorando, paulatinamente y a Dios gracias, puedo caminar, mover los brazos, y tener una calidad de vida muy aceptable, prácticamente independiente.
Es alucinante saber que hay personas que han leído nuestros numerosos posts desde Agosto, y que no hayan tenido la categoría como humanos que son, es decir, la humanidad, la calidad humana, ni la caridad anímica... de sacar medio minuto de su valiosísimo tiempo para preguntar cómo fue, cómo evolucionó, qué se espera... ¡Nada! Luego se les llena la boca y los teclados de buenos conocimientos, buenas amistades, buenos contactos y buenas formas y maneras. Permíteme que me ría a mandíbula batiente...
Como bien decías esta mañana, ni merecen la pena.
¡Menos mal que la mayoría que de verdad importa en la vida, son gente de bien y estáis ahí cuando se os necesita, como decía ayer Karlicones!
Un abrazo agradecido, sí, agradezco ese sexto sentido que demuestras en algunos momentos especiales. Además de inteligente, eres buena gente y me alegra haberte conocido.
Disfrutad del presente y hacédselo disfrutar a vuestros prójimos, para que el futuro de todos, sea Feliz con mayúsculas.