Más que confiar en el FGD yo confiaría en que el Gobierno del color que fuera no iba a dejar que decenas o cientos de miles de depositantes perdieran su dinero.
Y que olvidándose del FGD buscaría una solución por todas las implicaciones sociales que ese problema podría tener, así como para la fiabilidad del sistema financiero en su conjunto.
El FGD tiene unos 7.000 millones de euros de capital, que es más o menos el mínimo a lo que le obliga la ley: un 0.8% del montante de todos los depósitos inferiores a 100.000€.
(Sí, solo un 0,8% del total).
Es decir, si mañana cae un banco, el FGD tiene dinero para 70.000 depositantes que tuvieran 100.000€.
(Sí, solo para 70.000).
Por eso creo que más que confiar en el FGD habría que confiar en que el Gobierno que hubiera encontraría una solución política para evitar el problema.
De hecho, es lo que ha pasado en todos los países en los que han ido cayendo bancos.
Que se lo digan al Santander, quedándose en su día el Popular (y garantizando los depósitos) por la cantidad de un euro.