Tengo un discreto despacho de asesoría y creo que puedo opinar con conocimiento de causa.
La mayoría de los autónomos son autoempleados, gente que no se resigna a estar en la cola del paro y se busca la vida. Su situación es totalmente precaria y son el eslabón más débil de la cadena porque les caen los palos de todas partes. A un descenso brutal de la actividad económica y de la demanda de bienes y servicios hay que añadir que las administraciones les deben millones en facturas pendientes de pago, pero ellos han de asumir multas, recargos o embargos cuando, por falta de liquidez provocada por la propia administración, no pueden atender en plazo sus obligaciones con esa misma administración.
Durante el 2011 he tramitado unas cuantas bajas de autónomos que ya no podían resistir más esta situación. Y otros muchos aguantan a trancas y barrancas, sacándose sueldos de auténtica miseria.
Por no hablar de aquellos que prestan servicios a particulares, se las ven y desean para poder cobrar el IVA ... porque todo el mundo les pide factura sin IVA.
Seguro que hay autónomos que nadan en la abundancia, hay de todo, pero lo que cuenta son los porcentajes. Solamente hay que mirar los miles de autónomos que se han dado de baja los tres últimos años ... y los que lo harán a corto plazo.
Esa realidad no la podemos ignorar.