esta claro quien ha ganado...
Tsipras cruza todas sus 'líneas rojas'
Hasta aquí alcanza, básicamente, lo obtenido por Grecia. Se trata, por tanto, de una victoria pírrica si se compara con el programa inicial con el que Syriza ganó las elecciones. La cuestión es que, por el momento, el primer ministro griego ha cruzado todas y cada una de las "líneas rojas" que se había marcado. Es decir, Tsipras, finalmente, ha tenido que tragar con el rescate, la austeridad e incluso la troika, tal y como avanzó Libre Mercado.
1. No hay quitas sobre la deuda:
Grecia reitera en el documento "su compromiso inequívoco de cumplir sus obligaciones financieras con todos sus acreedores plenamente y en plazo". Tsipras llegó al poder prometiendo el impago unilateral de la deuda pública o, al menos, una nueva reestructuración de la misma.
2. El actual programa de rescate sigue vigente:
Atenas acepta, en esencia, extender otros cuatro meses el actual plan de rescate y su memorando de condiciones. Además, se compromete a concluir de forma exitosa la revisión del programa vigente, ya que, en caso contrario, el Eurogrupo suspenderá de forma automática los desembolsos pendientes.
En concreto, Syriza se compromete a presentar el lunes una primera lista de reformas prioritarias, pero basadas en el actual rescate. Estas reformas serán examinadas por las instituciones de la troika (formada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional).
Si la evaluación es positiva, el Eurogrupo dará su visto final a la prórroga el martes por teleconferencia y se iniciará el proceso de ratificación de la prórroga en los parlamentos nacionales que deben hacerlo (los de Alemania, Finlandia, Estonia y Países Bajos). La lista deberá detallarse por completo y pactarse con la troika a finales de abril.
3. La austeridad continúa:
A cambio, el Eurogrupo rebajará el objetivo de supéravit fiscal primario fijado para 2015 en función de la situación económica de Grecia (la victoria de Syriza ha impactado negativamente en el crecimiento heleno), lo cual no es nada nuevo, ya que el programa vigente establece la posibilidad de "flexibilizar" los objetivos presupuestarios. Dicha meta estaba establecida inicialmente en el 3% del PIB y ahora podría reducirse al 1,5% en 2015.
"Eso no significa que el Gobierno griego no pueda adoptar un nuevo tipo de medidas o un nuevo enfoque político pero, si tiene un impacto en el presupuesto, debe financiarse plenamente", según aseguró el jueves el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem. "El Gobierno griego propondrá nuevas medidas para afrontar los problemas sociales que son prioritarios para ellos. Y hay apertura y flexibilidad dentro del programa, pero tiene que estar pagado", resaltó.
Es decir, cualquier decisión de gasto extraordinario que plantee Syriza deberá contar con el visto bueno de la troika y con los recursos suficientes para su financiación, garantizando en todo momento la neutralidad presupuestaria.
Así pues, si bien se suavizan los objetivos de superávit, Grecia deberá cumplir con la austeridad. En este sentido, cabe recordar que Tsipras prometió disparar el gasto público y regresar a la suicida senda de déficit mediante la aprobación de amplios programas sociales, así como la anulación de los recortes de plantillas públicas, entre otras medidas.
El programa de Syriza consistía en tumbar la austeridad, pero, por el momento, no lo ha conseguido. Cualquier propuesta en esta materia deberá ser aprobada por la troika y, en todo caso, Atenas tendrá que seguir registrando superávit público (gastos inferiores a los ingresos).
4. Se mantiene la senda de reformas:
Asimismo, Tsipras promete ahora "abstenerse de revertir medidas y de cambios unilaterales a las políticas y reformas estructurales que puedan tener un impacto negativo en los objetivos fiscales, la recuperación económica o la estabilidad financiera, según la evaluación de las instituciones", tal se recoge en la declaración.
Syriza cruza, así, otra línea roja. Nada más llegar al poder, Tsipras anunció la subida del salario mínimo y la anulación de la reforma laboral y de pensiones. Estas promesas han quedado en nada, por el momento.
5. Y la troika sigue viva:
Por último, la denostada troika sigue muy viva, solo que ahora se oculta bajo el eufemismo de "instituciones". "También acordamos que el FMI continuará desempeñando su papel", según recoge el documento.