Hay una pequeña diferencia: el obeso lo es él y el perjuicio es suyo, lo mismo que el anoréxico, pero el que fuma se perjudica él y también a quienes tiene a su alrededor.
Mi experiencia en Italia (norte), adonde viajo cada año por trabajo, es la siguiente:
Siendo como es un país tan caótico en lo político, lo económico y lo social, NO SE FUMA EN NINGÚN LOCAL CERRADO. Y no sabéis lo claro que lo tienen. Los impenitentes salen a la calle y lo haceN allí. Un ejemplo de civismo en un país de chiste (lo digo por il Cavaliere).
Mi experiencia en España: vayas por donde vayas (Valencia, Cuenca, Madrid, Tenerife, Cáceres, Mallorca, mis lugares más trotados) todo es un caos, y son raros los locales que cumplen la prohibición de fumar, sencillamente porque no existe de manera clara y tajante, y da igual que gobierne el PSOE o el PP.
No se trata de reavivar el viejo debate, pero si los fumadores reivindican su derecho a consumir un producto que se vende legalmente en los estancos, los no fumadores reivindicamos nuestro derecho a respirar un aire lo más limpio posible en los espacios cerrados.
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