Pero es que eso no es así. Ceuta y Melilla y cualquier otra parte de España pertenecen a todos los españoles, no solo a los que por distintas razones tienen su residencia actualmente allí. Yo tengo derechos sobre Melilla, como los de irme a vivir allí, montar mi negocio allí o comprar una casa allí siendo parte de mi país, que no pueden serme privados porque lo decidan los que viven allí hoy, que son distintos de los que van a vivir mañana, porque se va a morir gente, otros van a alcanzar los 18 y otros van a irse a vivir allí.
Si te fijas la extrapolación de tu argumento conduce a un absurdo. Si los habitantes de una comunidad tienen derecho a decidir a qué país pertenecen (Cataluña por ej.), los habitantes de una comarca tienen derecho a decidir a qué país pertenecen (Valle de Arán, por ej.), los habitantes de una ciudad tienen derecho a decidir a qué país pertenecen (Melilla, por ej.), los habitantes de un pueblo tienen derecho a decidir a qué país pertenecen, y yo, sobre mi casa y mi finca tengo derecho a decidir a qué país pertenecen mi casa y mi finca.
No hay ninguna discontinuidad entre los 4 millones de catalanes, los 75.000 de Melilla, los 10.300 del valle de Arán, o mi familia y yo que indique que por ser más existe un derecho que se pierde al ser menos.
Los países pertenecen al conjunto de sus habitantes, no cada trozo arbitrario a sus habitantes actuales. Hay ejemplos tan claros como la guerra civil americana, que se luchó por negar el derecho de los estados del sur a la independencia a pesar de quererlo prácticamente todos sus habitantes y tratarse de una democracia.
Otra cosa es que decidamos como hicieron los checoeslovacos de común acuerdo entre todos que lo mejor es dividirse en dos o más países, pero unilateralidades ninguna.