El espíritu crítico que propicias y añoras está más que bien pero es incompleto si se limita a una pura crítica destructiva, sin aporte alguno de alternativas y soluciones viables, lógicas y coherentes.
Estas soluciones y alternativas no las veo en ninguna de las argumentaciones que se hayan podido asomar por aquí. Lo único que se ha ofrecido son las mismas “ideas” que ofrecen gente como Abascal, Feijo y compañía. Y a eso yo personalmente no lo considero exento (más bien lo contrario) de instinto borreguil y por tanto tampoco verdadero espíritu crítico.
La crítica ha de ser constructiva y ofrecer soluciones prácticas y de acuerdo a tiempo, lugar y circunstancias. De otra forma son no solo inútiles sino y sobre todo muy perniciosas.
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